Ciencia y Tecnología
La cara nos delata
El reconocimiento fácil se convertirá, poco a poco, en el mecanismo de autenticación por antonomasia
El reconocimiento fácil se convertirá, poco a poco, en el mecanismo de autenticación por antonomasia.
a cara es el espejo del alma. Y, gracias al desarrollo de los sistemas biométricos, también lo es de toda nuestra identidad. La tenga bonita o fea, con ella abrirá la puerta de su casa sin sacar las llaves del bolsillo, arrancará el coche si el sistema le verifica como su dueño, votará sin necesidad de mostrar ninguna identificación e, incluso, le mostrarán contenidos personalizados en tiendas y escaparates.
No sólo es que BBVA ya permita abrir una cuenta bancaria con un selfie, sino que el reconocimiento fácil se convertirá, poco a poco, en el mecanismo de autenticación por antonomasia, aunque se vayan descubriendo métodos inimaginables en la actualidad.
Muchos expertos aseguran que el reconocimiento facial pronto sustituirá a los lectores de huellas del móvil. Y eso que este tipo de lectores, hace tan solo un par de años, eran una auténtica novedad. El nuevo iPhone X ya incorpora el «Face ID» para el desbloqueo de la pantalla. Y se prevé que el resto de fabricantes sigan la tendencia de la compañía de la manzana en la carrera por blindar los smartphones, por lograr teléfonos totalmente seguros.
No obstante, muchas importantes compañías tecnológicas han apostado fuerte por los lectores de huella, que según algunos estudios incluyen más de la mitad de los smartphones que se venden hoy en día, por lo que la «guerra tecnológica» probablemente continuará. La sustitución implicaría un cambio de mentalidad en los usuarios hacia la estandarización del reconocimiento facial como medida de seguridad. Y, en cierto modo, la sociedad está ahora mismo bastante acostumbrada a usar la huella dactilar para desbloquear el teléfono.
Fortalezas y debilidades
En cualquier caso, Jordi Mansanet, ingeniero jefe de Solver Machine Learning, destaca que no existe ningún sistema 100% seguro en el mercado, aunque admite que el reconocimiento facial permite conseguir un buen equilibrio entre la comodidad y la seguridad.
El ingeniero jefe de Solver Machine Learning sostiene que los potenciales usos del reconocimiento facial están únicamente limitados por la maduración de la tecnología y por la creatividad de las empresas y organismos públicos. Y es que, en el futuro, cualquier sistema que requiera o se complemente con una verificación de identidad podría funcionar con sistemas de reconocimiento facial.
Si la seguridad y la comodidad son las fortalezas más significativas de los métodos de reconocimiento facial, tampoco faltan las debilidades. Y las más importantes están relacionadas con la gran variabilidad de condiciones ambientales con las que tienen que lidiar estos sistemas, ya que el desbloqueo facial del móvil deberá funcionar en exteriores, interiores, a oscuras, de noche, con o sin barba, con o sin gafas, si el usuario lleva una gorra... «Todo esto puede afectar negativamente a la eficacia del sistema». Por otro lado, Mansanet advierte de que un sistema de reconocimiento facial podría ser fácilmente vulnerable si no se toman las medidas de seguridad adecuadas. Y alerta, por ejemplo, sobre los ataques de «spoofing», basados en intentar engañar al sistema utilizando una fotografía o vídeo donde aparezca la persona realmente registrada.
En este sentido, Esteban Vázquez, responsable de Biometría en Gradiant, resalta que, por desgracia, no hay nada infalible y que aún queda mucho camino por recorrer. Sea como fuere, opina que la lógica nos dice que esperemos un poco más antes de deshacernos totalmente de las contraseñas. Y recuerda que en escenarios de alta seguridad, por ejemplo, es una práctica muy habitual la combinación de factores como biometría, contraseñas u otros elementos como tarjetas, llaves USB...
Pese a que los próximos desafíos para las técnicas basadas en reconocimiento facial se deriven del refuerzo de las actuales debilidades, en Solver Machine Learning consideran que el principal desafío es convertir este método en algo de uso tan común como el que tienen las contraseñas hoy en día. Y para ello, piensan, las empresas deben hacer un esfuerzo en aras de intentar integrar esta tecnología en sistemas cotidianos de la vida real, como puede ser el desbloqueo del teléfono móvil.
Vázquez, por su parte, reconoce la dificultad de predecir hacia dónde evolucionará el reconocimiento facial en el futuro, aunque cree que todo dependerá de cómo reciba el usuario esta tecnología y lo fácil que resulte usarla. «Ahí estará el éxito». Vázquez puntualiza que se podrá utilizar tanto a nivel de seguridad, como en los casos de identificación de sospechosos usando señales de vídeo, como en el ámbito cotidiano, para abrir la puerta de casa, usar el coche, sacar dinero en el cajero o realizar un pago en el restaurante. Asimismo, remarca otros aspectos, como la detección de emociones, la edad, el sexo...
«Las tecnologías biométricas son relativamente nuevas en su aplicación al mercado del consumo y a nuestra vida diaria. En su camino de integración y adopción quedan muchos detalles por pulir y mejoras que incorporar. Pero es innegable que se trata de una tecnología que ha llegado para quedarse y que posee enormes ventajas en cuanto a usabilidad y seguridad», sentencia.
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