Ingeniería

La conducción se adentra en una nueva era

Los coches autónomos permitirán a conductores y pasajeros aprovechar al máximo el tiempo de los trayectos

La conducción se adentra en una nueva era
La conducción se adentra en una nueva eralarazon

Los coches autónomos permitirán a conductores y pasajeros aprovechar al máximo el tiempo de los trayectos

Cada persona pasa, de media, 4,3 años de su vida en el interior de un coche. Y los vehículos autónomos, cuya circulación por las carreteras será una realidad en apenas unos años, permitirán aprovechar al máximo el tiempo de los trayectos en aquello que realmente se desee, ya sean actividades de ocio o profesionales. Conducir sin manos, ni pies, mientras se lee la prensa, se contestan emails o se juega a la videoconsola obligará a redefinir los habitáculos y llevará aparejada la necesidad de un nuevo diseño interior, totalmente personalizado.

La conducción autónoma puede desglosarse en cuatro niveles. En el primero, la automatización incluye el control de algunas funciones. El conductor sería el máximo responsable, aunque podría ceder determinadas funcionalidades al vehículo, como la velocidad de crucero. En este nivel, el coche asumiría ciertos controles primarios de manera autónoma, como el de estabilidad o la ayuda al frenado, pero el conductor no podría desentenderse soltando los pedales o el volante.

El segundo nivel supone la implicación de, al menos, dos controles primarios que han sido diseñados para trabajar al unísono y relevar al conductor del control de estas funciones. En este caso, el conductor puede ceder parte de responsabilidad en situaciones concretas pero siempre tiene que estar pendiente de la carretera y disponible para tomar el control rápidamente si es necesario.

El tercer nivel hace alusión a una conducción semi-autónoma limitada, en la que los vehículos permiten al conductor ceder el control completo de funciones críticas para la seguridad bajo ciertas condiciones de tráfico y entorno. El conductor tiene que estar disponible para tomar el control en cualquier momento, pero el tiempo de transición no ha de ser inmediato. Y el cuarto se refiere a la conducción autónoma completa.

En ella, el vehículo está diseñado para realizar todas las funciones de conducción y monitorizar las condiciones de la vía y su entorno durante todo el trayecto. En este nivel, no se espera que el conductor esté disponible para para tomar el control en ningún momento, y abarca tanto a coches ocupados como a aquellos que se puedan mover sin pasajeros.

Volkswagen ya ofrece, en el nuevo Golf, funciones de conducción semiautónoma hasta una velocidad de 60 kilómetros por hora. La compañía ha desarrollado el sistema de asistencia en atascos en base a los sistemas «Lane Assist» (asistente de mantenimiento de carril) y ACC (control de crucero adaptativo), disponible para los modelos equipados con cambio automático. Además, la conducción en caravana es más segura, ya que el asistente contribuye a evitar las típicas colisiones por alcance. Pedro Fondevilla, director de Marketing en Volkswagen España, asegura que la proliferación de sensores o cámaras que permiten al vehículo conocer mejor su entorno ya están ayudando a mejorar la seguridad y el confort. Pese a que la fecha de la circulación masiva de los coches autónomos por las carreteras dependerá tanto de las regulaciones legislativas como de la tecnología de los vehículos y del desarrollo en la comunicación con las infraestructuras, destaca que en 2025 estarán listos para tener un coche totalmente autónomo de nivel 4, el I.D.

Modelos de movilidad

Los coches cambiarán más en los próximos cinco o 10 años que en los últimos 100, lo que transformará la manera en la que se entiende la movilidad. Junto con la electrificación, el vehículo conectado y el «car sharing», la conducción autónoma será uno de los elementos disruptores. Gracias a los vehículos autónomos, cualquier trayecto podrá realizarse de la forma más eficiente para reducir los tiempos y el consumo. Asimismo, permitirán acceder a la movilidad a diversos colectivos que hasta ahora tenían condicionantes, como los discapacitados, personas sin carné de conducir, mayores que se sienten inseguros al volante... «La conducción ya no será una barrera para el transporte particular», señala.

El coche conectado –a otros vehículos y a la infraestructura– tendrá mucho que ver con el desarrollo perfeccionado de la autonomía en la conducción. Los coches del futuro estarán en continuo intercambio de información entre sí. Entre ellos hablarán de las condiciones de las carreteras, del estado y la densidad del tráfico... Es lo que se conoce como comunicación «vehicle-to-vehicle» (V2V). Y estos datos también podrán ser compartidos con otros elementos de la infraestructura viaria, como los semáforos o las señales. Los coches autónomos no necesariamente tendrán que ser eléctricos. De hecho, los vehículos de la marca Volkswagen con motores de combustión e híbridos ya incorporan asistentes de seguridad con capacidades de conducción semiautónoma. Sin embargo, el I.D. sí lo será, con una autonomía de hasta 600 kilómetros. Este modelo ya está diseñado sobre la plataforma MEB, que es la que usará la empresa para sus vehículos eléctricos, y que permite ganar mucho más espacio interior, de manera que un coche del tamaño de un Golf tendrá el espacio interior de un Passat.