Ciencia y Tecnología
La preocupante publicidad de los juegos online para niños
Puede tener efectos nocivos y los padres no son conscientes, advierte un estudio de la Unión Europea
La publicidad en los juegos ‘online’ «más populares» constituye un riesgo para los menores, que se encuentran «desprotegidos» ante mensajes que pueden «influir en su conducta», según un estudio de la London School of Economics and Political Science, Open Evidence y Block de ideas y financiado por la Comisión Europea y del que informa Europa Press.
El informe, titulado ‘El impacto del marketing en redes sociales, juegos online y aplicaciones móviles en el comportamiento de los niños’, advierte de la desprotección de los niños frente a los juegos en línea y revela que la mayoría de los 25 juegos más populares contienen anuncios que pueden tener efectos negativos en su conducta, según pone de relieve la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ha participado en el estudio a través de Open Evidence.
«En general todos los juegos analizados no tienen medidas de protección adaptadas a la comprensión de los niños como pueden ser alertas para que hagan pausas o avisos para que sepan distinguir los anuncios del juego», explican desde la universidad española.
Entre las prácticas de marketing que, según la investigación, estarían provocando «efectos adversos» en el público infantil figura, por ejemplo, la promoción de bebidas energéticas en «juegos de marca» (producidos por la compañía que promueve el producto) con «efectos subliminales» que en este caso llevan a «un consumo mayor de comida entre los niños».
El estudio también señala la introducción de avisos de pago en los juegos y aplicaciones, a los que «los más pequeños son los más vulnerables». «Compran sin entender los avisos de pago o compran pensando que utilizan dinero ficticio», explican los responsables de la investigación.
«Todos los juegos de marca y casi la mitad de las aplicaciones que se encuentran en las grandes plataformas (Facebook, Apple y Google Play) incluyen algún tipo de anuncio, lo que indica que estos recursos publicitarios son clave para los modelos de negocio de las compañías diseñadoras del juego o para las plataformas que los ofrecen. La mayoría de juegos alientan a dedicar más tiempo y animan a los usuarios a hacer compras dentro de la propia aplicación para continuar y/o mejorar la experiencia del juego», aseguran.
En este sentido, el profesor de la UOC y cofundador de Open Evidence, Francisco Lupiáñez, ha indicado que el estudio «confirma la necesidad de una protección más sólida y homogénea» para la infancia en este tipo de plataformas, una protección que, según señala el estudio, es desigual según el país de la UE. «el marketing dirigido al público infantil se regula de modo ligeramente distinto en cada país y los padres aplican distintos modelos de supervisión a las actividades en línea de sus hijos», explican los responsables del documento. Así, señalan como los avances en tecnología y los entornos sociales ‘online’ son herramientas que permiten «superar fácilmente las normativas existentes», pese a que la autorregulación del marketing infantil «se ha implantado en casi todos los países de la UE», y los padres, «en su mayoría no consideran que el marketing infantil sea un gran riesgo y piensan que sus hijos no se verán afectados».
De hecho, el estudio señala como los padres entrevistados en la fase cualitativa del estudio (’focus group’) indicaron que no percibían como un riesgo la actividad de sus hijos en redes sociales (sobre todo Facebook) porque «pensaban que podían controlarla» por el hecho de estar presentes en la red social.
«En general, los padres no parecen muy preocupados por la publicidad online. Muchos creen que a sus hijos no les interesan los anuncios e incluso que les molestan. Dicen que sus hijos cierran la publicidad sin prestar atención a su contenido», indica el documento, que asegura que muchos padres «ni siquiera saben que existen los juegos de marca».
El informe hace referencia a distintos estudios que muestran que los menores, cuanto más jóvenes son, más vulnerables son a las tácticas publicitarias. «Cuanto más pequeños son los niños, más fácil es que el marketing influya sobre ellos y que experimenten dificultades a la hora de reconocer el carácter publicitario de un contenido», subraya el documento.
De hecho, señala que las investigaciones disponibles al respecto muestran «unívocamente» como «los juegos de marca que promueven comida tienen un impacto significativo sobre los hábitos de consumo de los niños», y que, pese a que ellos mismos perciben la publicidad como algo «muy molesto» cuando interrumpe o interfiere en la actividad del juego, mayoritariamente creen que es «el precio que hay que pagar» para jugar a juegos gratuitos.
Además, de los efectos sobre sus hábitos de consumo, el estudio señala como algunos de los juegos ‘online’ podrían suponer un riesgo para la privacidad del menor al «recabar datos» que podrían ser utilizados con malas intenciones, o invitarles a hacer compras dentro de la aplicación para progresar en el juego.
EP
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