Entrevista a Antonio Bañuelos. Debuta con su ganadería el viernes en Bilbao

–Debuta en Bilbao. ¿Por qué este año sí y otros no?

–La relación de nuestra ganadería con Bilbao viene de tiempo atrás, acudimos durante ocho años seguidos a uno de los festivales benéficos más importantes de España, el cual desapareció. Pero debutar en la Semana Grande de Bilbao, en agosto, es una gran oportunidad.

–¿Qué espera de la tarde del viernes?

–La tarde del viernes la esperamos con ilusión y gran responsabilidad por lo que supone la plaza de Vista Alegre. La Feria de Bilbao es de gran importancia en el panorama mundial, diría que la tercera o cuarta en importancia. Somos una ganadería del norte y poder estar en Bilbao es una aspiración que se ha hecho realidad.

–La ganadería se encuentra en un clima extremo. ¿Influye en el toro?

–Hemos conseguido incorporar al toro en una nueva climatología y conseguir todo aquello que nos pudiera dar. Debido al clima conseguimos una mayor capacidad torácica que permite un esfuerzo mayor, también es importante que es una zona «sana», libre de parásitos en el agua. El frío hace que tengamos que cambiar los ciclos, y nos adaptamos a las parideras, que se hacen más tardías, y la alimentación es rica en vitaminas.

–Tras más de veinte años. ¿Con qué se queda?

–Este mundo es muy complicado, ya que la suerte y la genética dan saltos no controlados. A pesar de los triunfos y de los siete indultos, me quedo con el nacimiento de una camada nueva, poder disfrutar del toro y de los atardeceres del toro en el campo.

–Momento complicado tanto para ganaderos como para las ganaderías...

–La situación es muy complicada. La disminución de festejos y que los ayuntamientos no den subvenciones no lo pone fácil. El número de toros se reduce si no hay festejos.