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José Tomás: «La cornada sirvió para ratificar mis convicciones»

El torero José Tomás, durante la presentación hoy en el Centro Cultural Círculo de Lectores, en Madrid, de su libro, "Diálogo con navegante".
El torero José Tomás, durante la presentación hoy en el Centro Cultural Círculo de Lectores, en Madrid, de su libro, "Diálogo con navegante".larazon

José Tomás presentó ayer el libro «Diálogo con ''Navegante''», texto que incluye un ensayo del propio diestro madrileño en el que charla imaginariamente con el toro que lo hirió gravemente en la plaza de Aguascalientes en 2010 y sobre el que llegó a reconocer que le hizo «incluso pensar que no volvería a pisar los ruedos». «Ese toro me acercó al fin y me alejó de los ruedos, pero el trance por el que me hizo pasar no sirvió sino para ratificarme en mis convicciones: en el ruedo no valen las medias tintas, vale el compromiso, la muerte está presente y no se la puede ignorar, pero hay que mirarle a los ojos, porque las cornadas no siempre son errores: llegan porque hay que ponerse en el sitio», comentó durante su intervención, sin guión, el diestro de Galapagar.

«Para que nazca el arte, hay que ponerse de verdad en el ruedo, ya que, a más compromiso, más riesgo; y a más riesgo, más arte, como afirma Paco Aguado, con un paso adelante puede morir el hombre, con un paso atrás, muere el arte», defendió José Tomás en la presentación, durante la cual se anunció una segunda edición del libro.

En este sentido, sobre la publicación, que incluye también un precioso monólogo del Premio Nobel Mario Vargas Llosa en el que se pone en la piel del toro que le infirió la cornada a José Tomás y otros textos de plumas de renombre como Luis Abril, Paco Aguado o Agustín Morales, el actual mito del toreo explica que «no es una defensa del toreo al uso». «No es lo que pretenden estas páginas, sino que cada texto guarda en sí mismo una buena explicación de la Tauromaquia que, a la postre, sí es la mejor defensa que se puede hacer de este arte», justificó antes de «dedicar esta publicación a Adrián Gómez», banderillero madrileño fallecido en noviembre de 2010, dos años después de que una cornada en la plaza de toros de Torrejón de Ardoz le provocara una tetraplejia.

Un tributo que quiso hacer extensible «a todos los toreros, de oro y de plata, que han pagado un precio tan alto por su compromiso y afición en el ruedo». Además, José Tomás definió la relación de un torero con el toro como «muy intensa», porque el astado «aparece a menudo como una imagen abstracta, por lo que te surgen preguntas y diálogos como éste, que simboliza las dudas, los miedos y la eterna quimera de una faena perfecta». Asimismo, el espada reconoció sentirse «como un espontáneo que se ha tirado al ruedo de las letras» por idea de Rogelio Pérez Cano, su médico personal.