Los toros de Miura pusieron emoción ya en la desencajonada

Con una novillada sin caballos, repescada de la pasada Feria de Fallas, en la que el mal uso del acero hizo que sólo -y a iniciativa propia- Juan José Romera, de la Escuela taurina de Málaga, diese una vuelta al ruedo, comenzó la actual edición de la feria de julio.

Con menos de media entrada se lidiaron erales de Manolo González, desiguales de presentación y de buen juego con los que los actuantes -completaron la terna el castellonense Sedano Vázquez y el valenciano Juan Antonio Navas- dejaron ver sus ganas, ilusión y maneras.

Tras esta función se procedió a desencajonar dos de las tres corridas que se lidiarán en esta feria. En primer lugar se desenjaularon los astados de Victoriano del Río que se correrán el día 24. Un encierro muy bien presentado y homogéneo que no dio problemas a la hora de ir a los corrales. Distinto fue el caso de los miuras, toros de muy bonito pelaje y agresivos, sobre todo un sardo marcado con el número 72, que provocó una pelea con otros dos de sus hermanos -de los que resultó uno lesionado en una pata y él mismo conmocionado y puede que con una cornada interna- y que dio mucho trabajo para ser conducido a los corrales. Hay que recordar que esta ganadería, un clásico en esta feria -a la que acudieron de manera ininterrumpida desde 1872 hasta 1985- vuelve a este serial después de no hacerlo desde 2006.