Toros
Olor a romero en la Maestranza de Sevilla
Real Maestranza (Sevilla). Se lidiaron toros de Benítez Cubero, manejables en conjunto, pero faltó algo de raza. Casi media entrada.
Rui Fernandes, rejón (saludos tras leve petición);
Andy Cartagena, rejón (oreja con petición de la segunda).
Leonardo Hernández, rejón y dos descabellos (ovación con saludos).
Roberto Armendáriz, rejón (silencio tras petición).
Manuel Manzanares, pinchazo y rejón (ovación tras leve petición).
Andrés Romero, rejón (dos orejas).
La Feria de Abril asomó en la tarde dominical sus primeros perfiles taurinos con una de rejones en la que hubo variedad de concepto y de resultado artístico. Seis jinetes que mostraron aptitudes y trayectoria relevantes y que estuvieron a punto de darle mayor brillo a esta apetura a un ciclo taurino muy esperado y que pondrá en el ruedo sevillano a protagonistas de auténtico lujo.
Abrió el portugués Rui Fernandes, que mostró una labor más que aceptable ante un toro que tuvo nobleza y que le faltó raza para perseguir al jinete. Galopó de salida, al recibirlo a portagayola, en la misma puerta de chiqueros para mostrar la disposición con la que llegó a esta cita maestrante. Gustó en los pases al quiebro y en los adornos de salida y a punto estuvo de cortar la primera oreja, que se pidió, pero no de manera mayoritaria. Sí la cortó Andy Cartagena tras una labor eficaz, aparentemente fácil y con momentos muy espectaculares. Entusiasmó con «Pantera», que entre otras cosas dio mordiscos a la textura del toro. Se fue parando el animal, pero no las ilusiones del rejoneador, que con un precioso caballo, «Pinta», cerró su labor. Le pidieron incluso la segunda. Leonardo Hernández se sumó al entusiasmo de la tarde, primero con «Titán» y dos rejones de castigo y con «Despacio» en banderillas, citando en corto y quebrando con lentitud y armonía. Con «Xarope» volvió a entusiasmar hasta que el toro, que había galopado con alegría, se fue parando y le costó matarlo.
La tarde no se fue arriba, aunque tampoco cundió el aburrimiento. Roberto Armendáriz, en su primera presencia en este ruedo, mostró buena técnica y facilidad ante un toro manejable, que le permitió estar a gusto. Manzanarese mostró disposición, buenos momentos, sobre todo tirando del animal a dos pistas y cambiando de trayectoria por los adentros. Con «Príncipe» lució en banderillas, que clavó con soltura hasta que el animal se fue rajando y sólo le pudo porfiar para cerrar su labor.
Andrés Romero puso la guinda del triunfo a la tarde con una labor a más, emotiva y espectacular, elevando el nivel montado a «Guajiro» en banderillas y con «Odiel» para cerrar el triunfo.
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