Padilla y Adolfo Suárez Illana, lealtad torera en Las Ventas

Juan José Padilla lo tenía claro. Segundo de la tarde. Tras la devolución de trastos con Manuel Escribano, el jerezano no vaciló. La mirada, clavada en el callejón. Sus pies la acompasaron hacia ese punto fijo de destino. Allí, espera su gran amigo: Adolfo Suárez Illana. Recién recibida el alta hospitalaria unas pocas horas antes, el político y aficionado práctico no quiso fallar a su amigo del alma. Y Padilla tampoco perdonó la ocasión. Lealtad torera en Las Ventas. Brindis emotivo. De piel de gallina. «Todos te necesitamos, amigo, tú estás curtido en mil batallas y ésta es una más de la que también vas a salir ganador por la Puerta Grande». Enseguida la reacción del tendido. Ovación rotunda.

Luego, en el cuarto, Padilla volvería a prestar la montera. Un poco más arriba esta vez. En la barrera, la Infanta Elena, de sangre de toro, quiso defender y apoyar la Tauromaquia una vez más con su presencia. El mexicano Joselito Adame, en el sexto, hizo lo propio y brindó también a Su Alteza Real.