Pop

Los Bravos: fundido en negro

El programa «Imprescindibles», bajo el título «Black is Black», estrena hoy un documental sobre su auge y decadencia.

De izda. a dcha. Antonio (Tony) Martínez, Mike Kennedy, Miguel Vicens, Pablo Sanllehí y Manolo Fernández, miembros de Los Bravos
De izda. a dcha. Antonio (Tony) Martínez, Mike Kennedy, Miguel Vicens, Pablo Sanllehí y Manolo Fernández, miembros de Los Bravoslarazon

El programa «Imprescindibles», bajo el título «Black is Black», estrena hoy un documental sobre su auge y decadencia.

En una España todavía timorata, la juventud se iba a desperezar gracias a grupos de música como Los Brincos, Módulos y, sobre todo, Los Bravos, que tenían una peculiaridad que enganchó a muchos fans: su solista Mike Kennedy, que poseía una voz muy distintiva y una actitud desinhibida en el escenario. Como recuerda Manolo Díaz, un ejecutivo discográfico que fue guitarrista del grupo Los Sonor, «me dijeron que había una banda (Los Runaways) liderada por un alemán que estaba loco». En una entrevista Kennedy respondió: «Loco sí estaba, pero cantaba como nadie». En Mallorca empezó con la fusión de ambos grupos y Díaz compuso ocho temas, como «La moto» y «Los chicos con las chicas». Ese fue el inicio del grupo de pop-rock más importante de los 60. Sin embargo, el éxito vino acompañado por tensiones internas. El programa «Imprescindibles», con el título «Black is Black», analiza el éxito y la decadencia de la banda hoy a las 20:50 horas.

Éxito fugaz

Suena el bajo de Miguel, la poderosa batería de Pablo y la guitarra de Tony hasta que irrumpe la voz de Mike. Al productor Alain Milhaud no le pasó inadvertida la fuerza de este grupo y los fichó para Columbia. En 1966, con «Black is Black» consiguieron que un grupo español fuese reconocido internacionalmente. Interpretada en inglés, lo que contribuyó mucho a su éxito, fueron número 2 en las listas de Reino Unido y el 4 en las de Estados Unidos. El tema gustó tanto que hasta Johnny Hollyday la versionó en francés con el título «Noir c’est noir». «Representábamos una especie de liberación en la época del franquismo, cantábamos “Los chicos con las chicas”, que estuvo a punto de ser censurada», afirma Kennedy. También vivieron el momento de las «groupies», las jóvenes que peregrinaban a cada uno de sus conciertos con la esperanza de conocerles. El cine también les abrió la puerta después de ver el éxito de las películas que rodó Richard Lester con Los Beatles: «¡Qué noche la de aquel día!» (1962) y «Help!» (1965). En 1967, bajo la dirección de Javier Aguirre, filmaron «Los chicos con las chicas», que fue una de las películas más taquilleras del año. Luego Forqué relevó a Aguirre en «¡Dame un poco de amor!».

Grababan sus discos en Londres, aunque ellos no tocaban por las presiones de los sindicatos británicos y colaboraron con Jimmy Page en sus inicios y con el batería de Led Zeppelin. Parecía que iban a ser eternos, pero no fue así. Uno de sus componentes, Manolo Díaz, se suicidó, y las relaciones entre ellos se fueron enrareciendo hasta que en 1969 Mike tomó la decisión de separarse del grupo porque «éramos como un matrimonio que ya no funcionaba». Fue sustituido por Bob Wright y después por Anthony Anderson.

El solista inició una carrera en solitario. Desde entonces Mike y Los Bravos se han reunido en varias ocasiones tras superar su encontronazo en 1990 cuando él mismo publicó: «De nuevo en casa», donde incluía canciones del grupo de las que no tenía los derechos, pero parece que su magia ya solo está en los cuatro vinilos que lanzaron entre 1966 y 1969.