Televisión

Potemkin: la pasión de Catalina la Grande

Jason Clarke encarna en la serie de Sky al militar que la enamoró y que le ayudó a que Rusia fuese una potencia en el siglo XVIII.

Jason Clarke y Helen Mirren en una escena de la serie
Jason Clarke y Helen Mirren en una escena de la serielarazon

Jason Clarke encarna en la serie de Sky al militar que la enamoró y que le ayudó a que Rusia fuese una potencia en el siglo XVIII.

Aparentemente, Catalina la Grande y Grigory Potemkin –uno de los tantos amantes de la emperatriz de Rusia–, eran como el aceite y el agua. Ella, en cuestiones de Estado, era prudente y análitica, propio de su origen germánico, mientras que él destacaba por ser impulsivo y con opiniones fluctuantes. Sin embargo, se enamoraron hasta tal punto que se llamaban «querido marido» y «querida esposa». Potemkin, interpretado por Jason Clarke, es uno de los grandes protagonistas –eso sí, sin hacer sombra a Helen Mirren– de «Catalina la Grande», la miniserie que está emitiendo Sky. «Era un hombre que escaló todos los escalones militares y participó activamente en las dos guerras ruso-turca y compartía con Catalina su amor y su ambición política. Juntos terminaron lo que había empezado Pedro II y lograron que el imperio ruso se convirtiese en una potencia. Era un hombre muy temperamental y agresivo que también sabía ser tierno», explica Clarke, protagonista del filme «La noche más oscura» (2012).

Clarke reivindica la figura de Potemkin, «que fue calumniado por la Historia». A partir de la biografía que escribió Simon Sebag Montefiore, el actor está convencido de que «lo que les mantuvo juntos a Catalina y a Grigori era el amor y los objetivos que tenían en común. La diferencia de edad también es un dato que hay que tener en cuenta porque entablaron una relación parecida a la de una profesora y su alumno, ya que Catalina vio en él a un hombre con capacidad de aprender y compartir con ella los planes que tenía para el país».

Titanes del siglo XVIII

En ese empeño común encontraron un enemigo: Grigory Orlov, que también fue amante de Catalina y co-gobernó con ella hasta que entró en escena Potemkin para desplazarle en el dormitorio y en la corte. «Es difícil reflejar su enemistad en una miniserie de cuatro capítulos, pero le puedo decir que él y su familia eran unos titanes del siglo XVIII y sí, reflejamos las tensiones que hubo entre ambos, tanto por disputarse el amor de la mujer más poderosa de Rusia como por su lucha para influir en ella».

El intérprete considera que a Helen Mirren y a Catalina la Grande les une mucho más que la primera la encarne en esta producción. «La emperatriz era inteligente y con una gran capacidad de resistencia y Mirren... ¿Qué decir de ella? Es una actriz de gran inteligencia emocional y perseverante. Cuando le ofrecen un personaje lo analíza meticulosamente y se pone a su servicio. Como compañera es extraordinaria, ella sugirió al director que me eligiese para interpretar a Potemkin», dice.

Para Clarke la ficción «Catalina la Grande» «une el entretenimiento y la cultura porque acerca a los espectadores una gran época histórica. Se cuenta la historia de una mujer increíble que tuvo un romance con un hombre que le ayudó a lograr que Rusia fuese respetada en Europa como una gran potencia», concluye.