Renfe
357,5 millones de pasajeros eligen la alta velocidad
El servicio de Renfe ha cambiado el modo de viajar de los españoles
El servicio de Renfe ha cambiado el modo de viajar de los españoles.
Renfe está de aniversario y es que en abril de 1992, es decir, hace 25 años y coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal (Expo’92) en la ciudad andaluza se estrenó el primer servicio de alta velocidad entre las ciudades de Madrid y Sevilla.
Un hito en nuestro país, que debutaba con la puesta en marcha de trenes con una velocidad máxima de 300 km/h que cambiaron el modo de viajar por tierra y recorrer los 471 kilómetros que separan ambas ciudades, en 2 horas y 45 minutos en una primera fase y en 2 horas y 30 minutos en una segunda hasta la estación sevillana de Santa Justa. Pasado el año 1992 y, por consiguiente la Expo’92, Renfe, contra todo pronóstico y contrarreloj se enfrentó al reto de consolidarse como un «servicio competitivo» de referencia en nuestro país por su rapidez, puntualidad y confort frente a otros medios de transporte.
Pero no sólo eso, sino que la compañía supo cambiar la percepción que los ciudadanos tenían hasta el momento del ferrocarril. Una anticuada denominación que, en la actualidad, se ha convertido en un símbolo de modernidad, eficacia y calidad. También en un elemento de orgullo e impulso de la «Marca España», y no configurarse como una mera expectativa ante la novedad (rápida) que suscitaba.
La celebración de estos 25 años demuestra que el tren (en este caso el de alta velocidad) no sólo lo consiguió sino que cumplió con creces las expectativas, posicionándose como un modo de transporte capaz de generar demanda y aportar otras ventajas competitivas. Todo ello, que ha sido posible gracias a un trabajo conjunto entre distintas administraciones y empresas y, que ha ido al compás de la tecnología, ha conseguido modificar la «obsoleta» red férrea, en la que se vertebraba el sistema español, construida en una época en que las necesidades y los medios eran distintos a los actuales. Adaptarse a los tiempos modernos en los que las personas demandan otras formas de viajar y donde prima la combinación precio-calidad-tiempo, se ha convertido en el principal objetivo de toda empresa de transporte.
De este modo, ahora las casi seis horas que duraba el viaje en tren hasta Sevilla o las más de 7 horas a Barcelona (antes de la puesta en marcha del AVE) ya no valen y ante las múltiples ofertas en este sector ahora las personas reclaman otro tipo de servicio. Los usuarios «necesitan» de algún modo sentir que «sobra tiempo» de cara a esas jornadas de viaje.
En este contexto, la red de alta velocidad ha pasado de los 471 kilómetros iniciales de la línea pionera Madrid-Sevilla en 1992, a los 3.000 kilómetros, (27 provincias y 47 estaciones conectadas, que cubren el 60% de la población española) con los que cuenta la red hasta el momento, ya que, la expansión de la red se encuentra en continuo crecimiento y se complementará en los siguientes años con distintos proyectos en construcción. Un «no parar» a lo largo de los años, que discurre en paralelo al aumento de la demanda. Desde el año 1992 hasta finales de abril de 2017 se estima que 357,5 millones de viajeros han utilizado los servicios de alta velocidad. Un medio de transporte que le ha comido el terreno al avión hasta situarse a la cabeza en el mercado peninsular del transporte. El tren es, por tanto, 25 años después del primer servicio de alta velocidad, el principal modo de transporte colectivo elegido para trayectos de larga distancia en la península.
Sociedad acelerada
La evolución de estos 25 años más allá del desarrollo de infraestructuras o los tiempos de viaje, que avalan la importancia del valor del tiempo, nos ha dejado un cambio mucho más profundo en cuanto a la «experiencia de viajar», hoy en día. El desarrollo de aplicaciones móviles y, por consiguiente los billetes electrónicos, o la importancia que tienen las redes sociales en el panorama actual han modificado por completo la forma de viajar en todos los medios de transporte y es que, la digitalización ha transformado todo, y en especial el sector de los transportes en un sociedad que vive a «ritmos acelerados».
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