Viajes

Tenerife más allá del Teide

El parque natural de Anaga es una joya para los amantes del ecoturismo: posee el mayor número de especies endémicas por kilómetro cuadrado de toda Europa

Playa de Almáciga, perteneciente al parque rural de Anaga de la isla de Tenerife | Cristóbal García
Playa de Almáciga, perteneciente al parque rural de Anaga de la isla de Tenerife | Cristóbal Garcíalarazon

El parque natural de Anaga es una joya para los amantes del ecoturismo: posee el mayor número de especies endémicas por kilómetro cuadrado de toda Europa

Es la isla más visitada de las islas Canarias y la segunda de España. Tenerife recibe visitantes durante todo el año, atraídos por su buen clima. El sol allí es casi omnipresente por lo que uno puede darse un chapuzón en Las Teresitas incluso en Navidad. Pero Tenerife es mucho más que sol y playa. La variedad de microclimas hace que el turista pueda pasar del desierto al bosque húmedo; de roca volcánica a tierra fértil; de la nieve a las profundidades fosilizadas de lava.

Descubrir este territorio obliga a mirar más allá del Teide. El Parque Rural de Anaga ofrece verdes tan intesos que uno puede plantearse si realmente está en las Canarias. Se encuentra ubicado en la punta noroeste de la isla y en esta zona los vientos alíseos crean el llamado mar de nubes que dotan de humedad a sus tierras y es, sin duda, uno de los mejores lugares para practicar senderismo. Declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 2005, resulta una joya para los amantes del ecoturismo: posee el mayor número de especies endémicas por kilómetro cuadrado de toda Europa. Su aislamiento ha permitido conservar gran número de variedades botánicas muy antiguas, como la laurisilva, y gracias a la construcción de terrazas por parte de los agricultores de la zona para favorecer el cultivo, se ha evitado la erosión.

Otra opción si se quiere dejar de lado el turismo playero es practicar “hicking” en el Parque Rural de Teno. La ruta que va desde la Charca de Erjos hasta la localidad de Masca, atravesando Cruz de Gala y Las Portelas, es una perfecta actividad para hacer en familia, ya que pese a su duración –puede alargarse más de tres horas–, su dificultad es baja y se puede ver una gran variedad de fauna si es tiempo de lluvias. Para llegar a las Charcas de Erjos, hay que ir hasta el municipio norteño de Los Silos y merece la pena el camino, porque se pueden observar las aves migratorias que escapan de los fríos inviernos de Europa, como la gallineta común, la agachadiza, la alpista o el águila pescadora entre otras, siempre que no sea en los meses de sequía e intenso calor.

Pero si el viaje coincide con pleno verano se puede combinar el senderismo con una actividad acuática. Subir, por ejemplo, hasta el volcán de la Montaña Roja, un espacio natural protegido ubicado al sur de Tenerife –en el municipio de Granadilla de Abona– le permitirá disfrutar de las vistas de su mirador a 171 metros de altura. Y, después, bajar a la playa del Médano, ubicada pie de la montaña. Es un paraíso para los deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf porque su agua está templada y hay aproximadamente 300 días de viento al año. En el Médano se respira un ambiente hippy, surfero y relajado que invita a dejarse llevar y practicar, o iniciarse, en estas actividades. Sur Center Playa es, sin duda, la mejor escuela, tanto por su profesionalidad como por lo fácil que hacen los monitores que aprendas un deporte tan complicado como el kitesurf. Si no hay suerte y el viento no sopla, siempre cabe la opción del paddlesurf.