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La lucha por la sucesión desata las tensiones

La Razón
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La incapacidad de Méndez para imponer un consenso ha facilitado también los primeros movimientos en el sindicato para elegir a su sustituto. Su número dos, José Javier Cubillo, da amparo a las aspiraciones de su federación –Movilidad y Consumo– porque uno de los aspirantes a suceder a Méndez es su secretario general, Miguel Ángel Cilleros. Algunas fuentes apuntan que Cubillo ha propiciado el calendario de fusiones evitando su realización antes del Congreso Confederal para impulsar la candidatura de Cilleros. Cilleros es un hombre con experiencia y con peso interno, pero no da «la imagen de renovación y modernización que el sindicato necesita para adaptarse a los nuevos tiempos y superar los casos de las «tarjetas black», Fernández Villa o los cursos de formación de Andalucía», afirman dirigentes del sindicato. En otras palabras, Cilleros es un hombre de la vieja guardia y su candidatura no casa con la renovación generacional. No es el único aspirante. El líder del sindicato en Cataluña, Pepe Álvarez, también presenta sus credenciales, pero su «ambigua posición sobre el soberanismo catalán le está restando credibilidad». Además, lleva 25 años al frente del sindicato. La más destacada, la del vicesecretario general, Matías Carnero, que por sus diferencias –poco escondidas– con Álvarez en materia secesionista ha cesado de sus funciones y se ha refugiado en la todopoderosa sección sindical de Seat. Otras fuentes apuntan que a Méndez le gustaría que una mujer fuera su sustituta. Carmen Castillo, responsable de Andalucía, no parece que sea la candidata ideal «porque bastante tiene con lo suyo, que es poner orden en la Unión», después de los últimos escándalos, afirman conocedores de la situación. Sólo quedarían en la casilla de salida María Jesús Cendrún, líder del sindicato en Cantabria –una Unión con escaso peso y con nula capacidad de maniobra–, y Almudena Fontecha, miembro de la ejecutiva de Méndez y que entró con él hace más de 20 años.

Un quinto nombre sale en las quinielas. Frederic Monell, responsable de Relaciones Institucionales, catalán pero no nacionalista, miembro de la ejecutiva de Méndez. Empezó como delegado sindical en su centro de trabajo y alcanzó responsabilidades en uniones y federaciones para acabar siendo miembro de la ejecutiva confederal. Su debilidad es la ausencia de una federación que apueste decididamente por él, aunque algunas de ellas «no lo ven con malos ojos». Entre ellas, su federación: Servicios Públicos. Además, Monell encarnaría esa renovación generacional a la que aspira Méndez. Se está abriendo el debate sobre el liderazgo, mientras que el último gran proyecto de Cándido Méndez está renqueando. La cuenta atrás para su sucesión ha empezado y las tensiones aumentan.