Política

El desafío independentista

La ANC propone un Ejército catalán «improvisado» y con asesores extranjeros

Apelan al derecho de los ciudadanos a defenderse como en la Antigua Grecia

Dos soldados patrullan en la presa de Susqueda, que abaste a Barcelona y Gerona
Dos soldados patrullan en la presa de Susqueda, que abaste a Barcelona y Geronalarazon

Una Hacienda catalana propia, una Constitución propia y, por supuesto, un Ejército catalán como «última garantía de que ningún gobierno, propio o foráneo, podrá imponerse en contra de la voluntad de ésta». Los partidarios de una Cataluña independiente llevan meses planeando cómo organizar sus futuras Fuerzas Armadas. Y recientemente han publicado nuevos documentos en los que, por ejemplo, analizan cómo serán las negociaciones con España en lo que a personal y material se refiere, y que contemplan solamente «los bienes inmuebles de los que el Ministerio de Defensa español dispone en Cataluña». En el tercer documento elaborado por la Sectorial de Defensa de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y publicado por la Sociedad de Estudios Militares (SEM) con el nombre de «Dimensionamiento de las Fuerzas de Defensa de Cataluña: la fuerza terrestre», se explica que «se parte de cero en cuanto a material y personal» y, aunque no quieren manifestarse sobre futuribles negociaciones del material de las Fuerzas Armadas españoles que le corresponden a Cataluña, «ni al personal que se quisiera integrar en el Ejército catalán», sí cuentan con los inmuebles ya ubicados en Cataluña.

Esa dificultad de partir de cero para crear la futura fuerza armada, en concreto, de la marina, se podría poner de manifiesto en los momentos iniciales. Tal y como reconocen los creadores del informe, «los primeros años tendrán que improvisar con los recursos y personal de que disponen hasta el momento». Es más, estas carencias iniciales tendrían que ser compensadas con Mossos d'Esquadra, Policía Local y Policía Portuaria, que deberían sumar esfuerzos en algún organismo temporal de seguridad marítima en la primera fase de la Fuerza Naval.

El informe realizado por la sectorial de ANC –del que sin embargo esta entidad se desmarca esgrimiendo que las opiniones de las sectoriales no son la postura oficial– «no es un planteamiento definitivo, sino más bien una propuesta orientativa». Pero establece para el Ejército terrestre dos fases: una primera a más corto plazo, en torno a cinco años y denominada «vertebrando la fuerza», y una segunda, a desarrollar en un periodo estimado de diez a quince años, para «asentar una estructura equiparable a los estándares internacionales».

En esa primera fase de la fuerza terrestre se desarrollaría la «columna vertebral» de la Fuerza Terrestre, es decir, el Estado Mayor, el Centro de Formación Militar y una Primera Unidad de Combate con la dimensión de un batallón y unidades de apoyo para éste último. Pero en todo caso, el personal que se incorpore a esta fuerza requerirá –admiten– «en buena parte con los servicios de asesores extranjeros, tanto civiles como militares». Además, reconocen lo extraño del asunto y aseguran que, «si bien en todo el mundo esto de tener asesores extranjeros no suele ser así, al principio, para optimizar la infraestructura y el personal disponible» creen que no hay «inconveniente». Es más, consideran que puede ser «positivo» para «el esprit de corps», que la instrucción básica de todo el personal se realice al mismo tiempo para posteriormente especializarse en diversas tareas.

En la segunda fase de la formación de la fuerza terrestre, los creadores del informe prevén «convertir cada una de las compañías de combate iniciales –infantería mecanizada, infantería aerotransportada, fusileros marinos y fusileros de montaña– en batallones, agrupados en una brigada de combate». Además, está prevista la creación de una «unidad de reservistas» con el objetivo de seguir la tradición de «instituciones de autodefensa genuinamente catalanas como el Princeps Namque, Els Sacramentas o el Sometent». Mención especial necesita esta unidad de reservistas, que nacería con el fin de «dotar de capacidades militares a un grueso de la ciudadanía, comprometida con la salvaguarda de la vida, de la libertad y los derechos de sus conciudadanos y la existencia misma del Estado catalán». Y es que, dice la sectorial de Defensa de la ANC que «se debe recuperar la idea del derecho de los ciudadanos a defenderse, propia del republicanismo más genuino que nace de la antigua Grecia» y justifica la creación de esta unidad por la necesidad de «flexibilizar las estructuras de defensa», alrededor de un núcleo de profesionales a tiempo completo, con tareas muy especializadas, «estableciendo una fuerza de voluntarios a tiempo parcial que pueden activarse o desactivarse para responder a necesidades en un entorno cambiante».

Pese a la voluntad de crear este Ejército catalán, la ANC es consciente de que «a corto plazo se puede considerar que la amenaza de una guerra convencional de agresión sería prácticamente nula», según recogió en un informe inicial. La sectorial cree que una Cataluña independiente estaría bajo el amparo de los tratados internacionales de la UE y de la OTAN, por lo que no existiría el conflicto. Pese a ello, considera que los militares deberían garantizar puntos estratégicos como aquellos relacionados con las telecomunicaciones, los suministros de servicios energéticos básicos y el control de puertos y aeropuertos.

Así serían las Fuerzas Armadas

Fuerza Terrestre

Un primer Batallón de Combate constaría de 4 Compañías de Infantería divididas en una compañía de Infantería Mecanizada, una compañía de Infantería Aerotransportada; una compañía de Fusileros Marinos y una compañía de Fusileros de Montaña. Además, habría un Batallón de Apoyo al Combate dotado de Artillería, Ingeniería y Señales.

Fuerza Aérea

La Academia de Aviación de Cataluña instruiría a sus miembros. Este cuerpo del Ejército catalán constaría de un Mando de Transporte; un Grupo de Emergencias; un Mando de Logística y Mantenimiento; un Escuadrón de Transporte Estratégico (formado por 5 aviones de transporte); un Grupo de Apoyo Expedicionario y un Escuadrón de Ataque (con 12 aviones de combate).

Fuerza Naval

En una primera fase, el Ejército de Cataluña contaría con una Academia Naval y un Comando de Patrulla Litoral, constituido por unos 600 efectivos. En una segunda fase, los catalanes contarían ya con un Cuartel de Operaciones Navales (integrado por 200 personas;

entre 3 y 4 corbetas polivalentes (con 360 efectivos en total) y una Flotilla Auxiliar (de la que formarían parte 300 personas). La intención es proyectarse en zonas como el Golfo de Guinea o Somalia en un plazo de 15 años. Para ello sería necesario también un Mando Expedicionario.