Finanzas

Pepe Marín: «Las subvenciones hacen de las asociaciones entes sumisos al poder»

Entrevista al delegado de Ausbanc en Sevilla

El delegado de Ausbanc en Sevilla, Pepe Marín
El delegado de Ausbanc en Sevilla, Pepe Marínlarazon

Entrevista al delegado de Ausbanc en Sevilla. La capital andaluza, con motivo del Día del Consumidor, acogió un encuentro sobre los derechos de los usuarios. En la región hay unos 900.000 afectados por las cláusulas suelo.

–Existe un Día del Consumidor igual que un Día del Medio Ambiente, como si estuviera en peligro. ¿El ciudadano del «primer mundo» ha evolucionado o involucionado a «consumidor»?

–Sin lugar a dudas, el ciudadano de nuestro entorno, ha evolucionado a consumidor, ahora es normal hablar con consumidores que saben que tienen unos derechos adquiridos como tal, y por ellos están dispuestos a pelear.

–¿Tiene el ciudadano/consumidor las herramientas necesarias para defenderse de los abusos empresariales?

–Tengo bastantes dudas, las asociaciones de consumidores serían una buena herramienta para la defensa de los ciudadanos ante tanto abuso de las empresas, pero hay demasiada lentitud, incluso desgana en solucionar los problemas. Creo que mientras que algunas asociaciones reciban esa gran cantidad de euros en subvenciones, difícilmente se moverán. Las subvenciones hacen a las asociaciones, casi generalmente, entes sumisos al poder. Cuando estalló el escándalo de la cláusula suelo tras la sentencia dando la razón a Ausbanc, hubo una asociación, que generalmente es la que más subvenciones recibe, que dijo que dicha cláusula era legal porque así lo decía el Banco de España. Ausbanc creía que era ilegal y llegamos al Tribunal Supremo y nos dieron la razón.

–¿Se puede uno fiar de los bancos? ¿Se han reconvertido tras la crisis?

–Ausbanc no tiene nada en absoluto contra las entidades bancarias. Más al contrario, creemos que son necesarias, lo que no estamos de acuerdo es con las malas prácticas que muchas entidades, casi todas, ponen en marcha para ganar más dinero y más cómodamente. Nosotros creemos que las entidades bancarias deberían ganar lo mucho que ganan pero dando más préstamos a pequeños y medianos empresarios y al consumidor en general a un tipo de interés digno y dejar de jugar tanto al ladrillo.

–El lema de las pasadas jornadas fue «El consumidor inteligente». ¿La máxima de la sociedad del consumo no es apelar a la emoción para evitar una compra racional?

–Efectivamente, hay que ser más inteligente que compulsivo a la hora de consumir.

–¿Cuáles son las entidades de las que reciben más quejas?

–Según en el territorio que nos encontremos, normalmente las entidades financieras locales, provinciales o regionales, son las que más quejas reciben, pero también son las que con más clientes cuentan. Creo que esto es una regla de tres simple: a más participación en el mercado, más quejas.

–¿Quién informa realmente a los ciudadanos, la Administración, las oficinas de consumo, las asociaciones o los medios de comunicación?

–Excepto en contadas excepciones, creemos que los medios se deben más a los clientes que les contratan que al consumidor en general, aunque no deberían de olvidar que consumidores somos todos, pero la cuenta de resultado importa demasiado.

–¿Los tribunales están ocupando el vacío que deja la Administración en la defensa de los consumidores?

–Sin lugar a dudas, además en Ausbanc estamos convencidos de que el camino más directo para resolver los problemas con las entidades financieras es el juzgado. Estos están para utilizarlos en beneficio de la razón y a ello nos tenemos que comprometer.

–¿Es posible un mundo sin productos tóxicos ni cláusulas abusivas?

–Debería de ser posible, pero siempre se están buscando algún producto tóxico para ganar más dinero, por eso y para eso está Ausbanc, para defender los derechos de los consumidores.

–¿Hay una estimación de cuántos andaluces están afectados por estas prácticas?

–Con cláusulas suelos, novecientos mil préstamos hipotecarios; y varios cientos de miles en participaciones preferentes, Swapps, Acciones de Bankia, etc.