Sucesos

Sangre y restos orgánicos de las víctimas en la picadora de Bruno

Los peritos de Criminalística señalan que eran muestras de gran entidad

La máquina picadora de Bruno H.
La máquina picadora de Bruno H.larazon

Los peritos de Criminalística señalan que eran muestras de gran entidad.

Dos peritos explicaron ayer durante la vista oral del juicio a Bruno Hernández Vega, el presunto «descuartizador de Majadahonda», acusado de matar, trocear y picar –presuntamente con una máquina industrial de carne– a su tía Liria y a una ciudadana argentina, que tenía como inquilina, que, tanto en el interior como en el exterior de dicha picadora, se encontró sangre y restos orgánicos de ambas víctimas.

La posible inocencia del acusado, de 33 años y diagnosticado de esquizofrenia paranoide por primera vez en 2012, cada vez se tambalea más. Y es que, ambos especialistas, miembros del departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, detallaron durante el juicio que, después de inspeccionar la casa en la que vivía Bruno, situada en la calle Secedilla, 6, pudieron encontrar «muchos restos» de su presunta segunda víctima mortal, Adriana Giogiosa, a la que se le perdió la pista en 2015. En concreto, la sangre de esta mujer, de 55 años, se halló en cinco cuchillos y en un hacha que había en el sótano. En la máquina picadora y en una sierra circular también se encontraron restos de sangre de Adriana y de su tía –presuntamente asesinada en 2010–. Al ser utensilios o máquinas de carácter afilado podría haberse tratado de un simple accidente doméstico. Sin embargo, ambos peritos explicaron que los restos encontrados en la picadora, la principal protagonista de la historia, eran «de una entidad suficiente» para llevarles a pensar que no se trataba de «algo casual» como un «pequeño corte». Además, otros dos peritos declararon que en diferentes ordenadores de Bruno se encontraron imágenes de «pozos, crematorios y máquinas trituradoras».