Salud

Los padres del bebé Charlie Gard anuncian el fin de su batalla legal: «Es demasiado tarde»

Chris y Connie Gard abandonan la batalla legal para evitar que se desconecte al pequeño tras el último escáner que se le ha practicado. Afirman que «ya es demasiado tarde» para que pueda recuperarse. El bebé no llegará a cumplir su primer año.

Los padres de Charlie Gard acuden al tribunal
Los padres de Charlie Gard acuden al tribunallarazon

Chris y Connie Gard abandonan la batalla legal para evitar que se desconecte al pequeño tras el último escáner que se le ha practicado. Afirman que «ya es demasiado tarde» para que pueda recuperarse. El bebé no llegará a cumplir su primer año.

Dejar marchar a nuestro pequeño Charlie es lo más difícil que hemos hecho y haremos nunca». Así comunicaba ayer el padre de Charlie, Chris Gard, la decisión que había tomado junto a su pareja y madre del niño, Connie Yates, de desconectar al pequeño de 11 meses de las máquinas que le mantienen con vida.

Su abogado aseguró ayer que «para Charlie, ya es demasiado tarde, el daño ya está hecho», y por ello sus padres dan por terminada la batalla legal para intentar someter al bebé a un tratamiento experimental en Estados Unidos.

Chris aseguró ayer ante el Tribunal que si a Charlie se le hubiera dado la oportunidad de someterse al tratamiento que pedían desde enero podría haber tenido la oportunidad de «ser un niño sano», pero que no ha sido así porque el tiempo ha sido «malgastado» y han dejado que Charlie siguiese empeorando hasta llegar «a un punto de no retorno». «Conocemos a nuestro hijo, por eso hemos seguido luchando», dijo el padre.

A su salida del Tribunal de Justicia, los padres de Charlie se despedían públicamente y entre lágrimas de su hijo: «Mamá y papá te quieren mucho Charlie, siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos, sentimos mucho no haberte podido salvar». Su padre, le describió como «un auténtico guerrero» y afirmó que «no podrían estar más orgullosos de él» y que le «echarán terriblemente de menos».

Los padres del niño decidieron abandonar la batalla legal y dejar que sea desconectado como ya determinó el juez. Ambos han decidido ponerle freno tras siete meses de lucha, cuando les fue denegada la posibilidad de viajar con el bebé a Estados Unidos para que éste se sometiera a un tratamiento experimental para el que habían logrado recaudar 1,3 millones de libras. Tanto la Justicia británica como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos fallaron a favor de los médicos. «Lo único que queríamos era llevar de un hospital a otro a nuestro pequeño», afirmó ayer el padre del bebé.

Charlie nació en agosto del año pasado, y lleva desde octubre ingresado tras diagnosticarle una enfermedad genética incurable. Charlie no puede oír, ni ver, ni moverse y necesita respirar y alimentarse artificialmente. Sus padres reconocieron ayer en las puertas del Tribunal que «ahora es demasiado tarde para que el bebé pueda recuperarse» y el tratamiento al que querían someterle no tendría ya ningún sentido.

Connie afirmó que los médicos deberían haber confiado en su decisión y deberían haberles dejado ir a Estados Unidos: «Sólo queríamos darle una oportunidad para vivir», aseguraba. «Charlie tenía una opción real de mejorar, y ahora, desafortunadamente es muy tarde para él», comentó muy afectada.

El abogado de la pareja, Grant Armstrong, le dijo al juez Nicholas Francis que «la oportunidad que tenían los padres ya no existe» y que éstos han tenido que tomar «una decisión extremadamente dura», y que ahora les espera lo peor, hacer frente a unos «días muy oscuros».

El último escáner cerebral al que el pequeño fue sometido terminó con las esperanzas de los padres y reforzó la opinión del hospital de que debían desconectarle. Además el centro avisó de que continuar con esta situación podría provocar que sufriera y para ellos esa era la línea que jamás iban a traspasar.

Tanto a la llegada como a la salida del Tribunal a Chris y a Connie les esperaban miembros del «Ejército de Charlie», un grupo de apoyo que ha estado ayudando y luchando con la pareja para que el bebé pudiese viajar a Estados Unidos.

Armados con pancartas y megáfonos y gritando «¡Qué vergüenza!» –refiriéndose al hospital donde se encuentra ingresado– y «¡No descansaremos, justicia para Charlie!» recibieron la noticia de que los padres habían decidido desconectar al pequeño de las máquinas que le mantienen con vida.

El caso de Charlie ha sido muy seguido en Reino Unido y también a nivel internacional –desde el Papa Francisco hasta Donald Trump se ofrecieron a ayudar a la familia–. Pero esta presión mediática ha recaído sobre todo en los empleados del Great Ormond Street. El domingo, la Prensa se hacía eco de que los médicos y enfermeros del hospital habían denunciado ante la Policía insultos y amenazas de muerte, tanto por redes sociales como por correos electrónicos.

La decisión de los médicos de que lo mejor para el menor era desconectarle ha hecho que sean objetivo de la ira de ciertos grupos. El portavoz del hospital ha señalado que este grupo.
–«Ejército de Charlie»– que hacen desde hace meses campaña también en la puerta del hospital– ha tenido un «comportamiento inaceptable» hacia los profesionales del hospital. Los padres del pequeño condenaron este comportamiento y han pedido al hospital y a la Policía que identifiquen aquellos que han enviado amenazas. Ayer tuvieron un momento de agradecimiento para los empleados del hospital que le habían cuidado.

Hasta ahora no se sabe cuándo Charlie, que nació el 4 de agosto, será desconectado, aunque se espera que sea durante la próxima semana, ya que sus padres aseguraron ayer que su pequeño no cumplirá su primer año de vida. Sus padres han asegurado que, aunque es tarde para él, no lo es «para otros que sufren esta horrible enfermedad», por ello quieren crear una fundación para poder ayudar a estas familias, siendo este «el legado» del pequeño, «se lo debemos, no morirá en vano».