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Educación infantil temprana como motor de desarrollo

Save the Children y «la Caixa» se unen para reducir las desigualdades

Programa de Save The Children y "la Caixa" en las nuevas instalaciones de Vallecas, en Madrid, España.
Programa de Save The Children y "la Caixa" en las nuevas instalaciones de Vallecas, en Madrid, España.Pablo BlazquezPablo Blazquez

Está demostrado que los niños que reciben una atención temprana demuestran un desarrollo un año y medio superior al incorporarse a Primaria que los que no han recibido esa atención. Sin embargo, también se ha comprobado como son las familias con más recursos las que pueden ofrecer esa atención a sus hijos, mientras que aquellas en situación de vulnerabilidad, que probablemente son las que más lo necesitarían, se ven imposibilitadas, bien sea por su incapacidad como por sus problemas económicos. Como expresó James J. Heckman, Premio Nobel de Economía, «dar educación infantil de calidad de 0 a 5 años a niños desfavorecidos puede simultáneamente reducir la desigualdad y aumentar la productividad. La educación infantil es probablemente la inversión más potente en términos de rentabilidad que podemos hacer». En este contexto, el centro CRIA de Save the Children en el Puente de Vallecas (Madrid) puso en marcha el curso pasado el programa «Intervención temprana y educación viva para niños de 0 a 3 años», que cuenta con el apoyo de la Obra Social «la Caixa». Y para llevar a cabo esa intervención temprana, la entidad «recurre a una metodología basada en la pedagogía viva porque de esta manera se consigue potenciar las capacidades de cada niño», explica Alejandro Benito, director del centro CRIA del Puente de Vallecas, quien señala que, sin embargo, «a estas pedagogías solo tienen acceso las familias con un poder adquisitivo alto, por lo que nosotros ofrecemos a las familias una participación gratuita en nuestro programa».

En este proyecto, en el que participan sobre todo familias inmigrantes, desestructuradas o monoparentales, se trabaja en sesiones de dos horas de duración y dos días por semana y éstas están dirigidas por dos educadoras, una de las cuales trabaja con los niños y la otra, con las madres. «Con los bebés hay tres áreas de trabajo principales que son la psicomotricidad y la movilidad, la lógica matemática y la lectoescritura, mientras que a las madres les intentamos dar unas pautas de crianza y parentalidad positiva abordando aspectos como la alimentación, la higiene, el cuidado y la educación en la no violencia, por ejemplo», comenta Benito.

En cualquier caso, este programa, en el que este curso están participando 32 madres con sus hijos, aspira a dar continuidad a esa pedagogía a medida que los niños se van haciendo mayores, así como a involucrar a los padres en la crianza, por ello existen programas similares para niños más mayores y en el marco del programa se celebran también talleres específicos para padres y para la familia en general.