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Los misteriosos muros de una catedral belga hechos con restos humanos
Las obras para la construcción de un nuevo centro de visitantes han encontrado nueve paredes formadas con fémures, tibias y cráneos
Nueve muros levantados con cientos de tibias, fémures y cráneos. Este es el macabro descubrimiento que un grupo de arqueólogos han hecho en la catedral belga de Saint-Bavo, en Gante, durante las obras para la construcción de un nuevo centro de visitantes en la catedral, dedicado al retablo de Jan Van Eyck, la Adoración del Cordero Místico.
La iglesia fue construida sobre la antigua capilla de San Juan Bautista que, a su vez, fue levantada en el año 922 y que en 1274 se convirtió en iglesia gótica. No fue hasta el siglo XVII cuando la catedral fue remodelada para tener el aspecto actual.
El hallazgo se produjo en una construcción encontrada a la altura de una de las capillas. En total, hay nueve paredes pertenecientes a una misma estructura formadas a partir de restos humanos. Las paredes están formadas principalmente por tibias y fémures de adultos y los huecos fueron rellenados con cráneos, en ocasiones, fragmentados.
La pregunta que se hicieron los investigadores fue: ¿De dónde salieron tantos huesos? En primer lugar, comprobaron si el cementerio que había junto a la catedral existía todavía cuando se crearon estos muros. Y la respuesta es que sí, porque el cementerio se siguió utilizando después de la construcción de las paredes de huesos.
Entonces, ¿cómo es posible la existencia de tantos huesos? En este punto, los arqueólogos determinaron que los huesos tenían más de 200 años de antigüedad cuando fueron utilizados para la construcción, por lo que la respuesta más probable fuera que el cementerio necesitaba espacio para nuevas tumbas y que los huesos fueron retirados de allí. Como la religión impide deshacerse de los restos humanos porque los huesos son una parte importante para los fieles que creían en la resurrección. De ahí, que ante la imposibilidad de deshacerse de ellos, se utilizaran para crear los muros de una iglesia, que es la casa de Dios.
El líder del proyecto, el arqueólogo Janiek De Gryse, explicó al diario “Brussels Times” que “este es un fenómeno que todavía no habíamos visto en Bélgica, pero sí hay otros ejemplos, incluidas las catacumbas de París". Pero De Gryse dejó claro que el hallazgo “no se convertirá en una atracción turística” y añadió que “los huesos serán retirados”. Los huesos parecen datarse de la segunda mitad del siglo XV. “Por el momento, ubicaríamos la construcción real en los siglos XVII y XVIII, aunque todavía queda mucha investigación por hacer”.
“Al limpiar un cementerio, los esqueletos no se pueden tirar”, explicó De Gryse. “Dado que los fieles creían en una resurrección del cuerpo, los huesos fueron considerados la parte más importante. Es por eso que a veces se construían casas de piedra contra las paredes de los cementerios de la ciudad: para albergar cráneos y huesos largos en lo que se llama un osario”, indicó.
El hallazgo de Saint-Bavo no es el único de estas características. Además del caso de las catacumbas de París, citado por De Gryse, está el de Sint Leonard, una pequeña iglesia de la localidad británica de Kent, que alberga una de las colecciones más grandes y mejor conservadas de huesos y cráneos humanos antiguos en Gran Bretaña. La colección incluye más de 1.000 calaveras y una sola pila de huesos que tiene una altura cercana a los dos metros.
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