Un congreso de coraje y esperanza

El pasado fin de semana tuvo lugar en Sevilla el III Congreso Andaluz de Pacientes con Cáncer y Familiares organizado por la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer. Ha sido un congreso muy especial no ya por la importante participación de casi 800 congresistas, ni tampoco por los contenidos tan ricos y adaptados a las necesidades de los congresistas, ni por la esencial y generosa colaboración del Comité Científico compuesto por los mejores especialistas sin los que hubiera sido imposible alcanzar el éxito de la reunión. Ha sido un congreso muy especial porque ha estado cargado de humanidad y de cercanía con todos aquellos que sufren. Ha sido una maravillosa ocasión para compartir conocimientos y, muy importante, sentimientos, y generar complicidad contra el azote del sufrimiento. Tanto en las diversas sesiones plenarias como en los talleres y mesas redondas desarrolladas durante dos días, los pacientes y sus familiares han recibido la mejor información, las orientaciones oportunas y las mejores prácticas. Además, todos han compartido experiencias, inquietudes que han puesto de manifiesto las necesidades derivadas de los efectos sociales, laborales y emocionales que resultan del tratamiento de la enfermedad que solo tienen los pacientes con cáncer y sus allegados. En la larga trayectoria de la lucha contra el cáncer ha habido un esfuerzo titánico de la sociedad y de la comunidad médico-científica en investigación y en el tratamiento de los aspectos físicos de la enfermedad con avances esperanzadamente significativos porque los datos son concluyentes. Quizás no ha quedado ocasión para dedicar atención a los aspectos emocionales y a los sentimientos tan especiales y tan duros que ocasiona la enfermedad, y cuyo cuidado deben ser también parte del tratamiento. El congreso ha representado una generosa ocasión para pensar y compartir que, además del tratamiento, hay que tener cuenta al paciente cuando se encuentra en el túnel largo, oscuro y, a veces, solitario del tratamiento en el que necesita mucha ayuda y acompañamiento para divisar luz al fondo. Ha sido una reunión espléndida de resultados en la que ha habido hasta risas en un fin de fiesta protagonizado generosamente por César y Jorge, Los Morancos, y emoción en las canciones de Diana Navarro.