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Rubi no es el único culpable

Verbena defensiva ante el Mallorca (3-3). El peor visitante de la Liga se adelanta dos veces en el Villamarín y empata contra un Betis ridículo atrás, dos de cuyos goles fueron de penalti

BETIS - MALLORCA
Nabil Fekir (i) trata de jugar un balón ante Leonardo Koutris, del Mallorca, durante el partido de Liga en Primera División en el estadio Benito Villamarín, en Sevilla. EFE/Julio MuñozJulio MuñozEFE

Esto no tiene arreglo. El Betis perdió dos puntos frente al peor visitante de la Liga, el Mallorca, y dice definitivamente adiós a sus opciones europeas. Rubi difícilmente acabará la temporada, pero el elenco de culpables no termina en el pésimo entrenador catalán. Otro así apellidado, Catalán, debería tomar la puerta de salida. Y otros más. No lo harán porque carecen de otro medio de vida.

La debilidad defensiva del Mallorca se daba por descontada al tercer minuto, cuando Emerson ya había ganado la superioridad dos veces por su costado y, en el otro, Álex Moreno se relamía ante la ternura de Pozo. Con lo que no se contaba era con la verbena atrás del Betis. Kubo se animó con una conducción, nadie lo tapó y su tiro, rechazado, llegó hasta Cucho Hernández que batió a Joel Robles de volea. Sacando de centro, como el que dice, Koutris derribó a Fekir y Canales marcó el primer penalti. ¿Fin de los sustos? Para nada. En su segunda aparición, Kubo y Dani Rodríguez combinaron en el área pequeña y Budimir ejecutó a la media vuelta. Fekir provocó otro penalti, transformado esta vez por él mismo, y el partido llegó al descanso empatado a dos. Como el del Barceloma pero frente al peor equipo de la Liga.

Joaquín puso los relojes en hora en la primera jugada del segundo tiempo, cuando recetó uno de esos disparos tan característicos suyos –con rosca y raso al palo largo– para poner el Betis por delante. Muy superiores, los verdiblancos dejaron transcurrir demasiados minutos sin matar el partido. En ventaja mínima nunca se vive con tranquilidad y aún sacó arrestos Kubo, con el Mallorca esperando el descabello, para poner la tercera igualada en las tablas.

Con sólo veinte minutos por delante, la cosa sí se ponía seria y los nervios podían jugar su papel. Rubi recurrió a Aleñá y Tello para el último asalto, y también al juvenil Raúl, un ariete de mucho olfato, en los estertores finales. La temporada no está finiquitada porque el calendario de empina ahora y puede que los de la cola se acerquen. Un espanto, una vergüenza, una basura que no merecen los béticos.