Coronavirus
Un robot que sirve cerveza en Sevilla sin temor al contagio
Se ha convertido en un reclamo en un momento en el que se minimiza el contacto entre los camareros y los clientes
El coronavirus está agudizando el ingenio de la hostelería. Nada volverá a ser lo mismo cuando pase la pandemia, incluso un hecho tan habitual hasta ahora como tomar una cerveza. Por ello, el bar sevillano “La gitana loca”, ubicado en la Cuesta del Rosario, ha puesto en funcionamiento un robot que tira cerveza a modo de autoservicio, para evitar el contacto entre el camarero y los clientes reduciendo la posibilidad de contagio.
El propietario de esta franquicia, Alberto Martínez, asegura a LA RAZÓN que el robot se activó el pasado lunes, cuando Sevilla entró en la fase 1 del desconfinamiento y los bares podían servir al público en la terraza. Martínez señala que tenía previsto contar con esta máquina antes de que estallara la crisis sanitaria, para que ayudara en los picos de demanda en los locales de mayores dimensiones. La empresa que lo ha fabricado es sevillana y vieron que ahora, con las limitaciones que marca el Gobierno, “era una buena opción porque no hay contacto con los camareros” e incluso se usan vasos de usar y tirar.
El robot en cuestión tiene una pantalla, el cliente selecciona las cervezas que quiere y ofrece la posibilidad de pagar con tarjeta. “Como está prohibido vender alcohol a menores, tienes que enseñar el DNI y lo escanea”, apunta Martínez. Sin embargo, el sistema se ha cambiado para pagar en la barra del bar, en efectivo o tarjeta, y luego el cliente se sirve en la máquina.
Funciona en el local a modo de prueba, “para ver la capacidad que tiene y comprobar si le gusta al cliente o no”. Es una cesión en depósito y “luego veremos si lo compramos o no, cuando hagamos números”. Martínez señala que no es una inversión que se haya hecho con motivo del coronavirus, puesto que el precio del robot asciende a 20.000 euros y con un renting la cantidad oscilaría entre 300 y 400 euros al mes durante cinco años. “Ahora en esta situación no es rentable, pero para una temporada normal sí, ya que te ayuda a vender más cuando el local está lleno”.
De momento, es un reclamo para los viandantes que se asoman. “Por desgracia tenemos poco público porque solo tenemos tres mesas”. Martínez confía en que salga adelante la autorización del Ayuntamiento para ampliar el número de veladores, entonces la máquina “tendrá más movimiento”.
¿El futuro de la hostelería seguirá este camino? Martínez asegura que “la robótica entrará en el sector”, pero “no va a sustituir a los camareros ni va a ser algo que todo el mundo tenga”. Sí ve más la ayuda de estos robots “en bodas y eventos”. En este sentido, recuerda que “los primeros móviles eran para ejecutivos y ahora todos tenemos uno”. Sí se utilizan ahora en heladerías e incluso con una bandeja para llevar la comida a las mesas, aunque nunca sustituirán al trato directo con el camarero.
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