"Las crónica del salitre"

Es solo cine, pero me gusta

“Tres han sido las ocasiones en las que la gala de entrega de los Goya, los premios del cine español, se han celebrado en Andalucía, una en Sevilla y dos en Málaga; gracias especialmente al empeño de Antonio Banderas”

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Aprovechando la semana peliculera patria, el director y actor Alfonso Sánchez (el de «Los Compadres», por si hacen falta más referencias), hacía público estos días en su red del pajarito el número de subvenciones y ayudas al cine andaluz durante el último año y medio: cero patatero…Ya tenemos la primera en la frente.

Aunque en Andalucía se hayan llevado a cabo más de 1.200 rodajes en el año previo a la jodida pandemia, las empresas del sector pillan algún cachito o por lo general deben conformarse con las migajas que les dejan empresas foráneas… ¡Cuánta alegría solidaria!.

Tres han sido las ocasiones en las que la gala de entrega de los Goya, los premios del cine español, se han celebrado en Andalucía, una en Sevilla y dos en Málaga; gracias especialmente al empeño de Antonio Banderas, que hace algún tiempo decidió coger el toro por los cuernos y llevarlo «'pa’ su tierra». Trini, una paisana del cineasta malagueño, al que adora, me dijo el otro día: «En menudos jaleos se mete Antonio y sin ninguna necesidad, pero todo lo hace por su Málaga». Desde luego, porque ese empeño ha hecho posible que los Goya hablen malagueño y dos años seguidos, cosa que no ha logrado ninguna ciudad española, salvo Madrid.

Sobre las historias que cuentan ahora las películas… mejor no entrar en eso, pues ya me cansé de dramas. «La diferente visión de la realidad social, a la que el espectador asiste como testigo pasivo, frente a la acción, tanto colectiva como individual…», para el carro que me duele el tarro. Cuando tenemos la técnica más a mano que nunca es cuando más estúpidos nos volvemos, y en el mundo del cine parece que la mayoría de cineastas van por un lado, los exhibidores por otro, las plataformas digitales por medio, y el público le da los mejores resultados de taquilla a la segunda parte de «Padre no hay más uno», que, por cierto, a Santiago Segura le ha quedado un filme de factura más que impecable… que no trincó ninguna nominación.

Ante este panorama, del que hay tela que largar, humildemente recomiendo a los más jóvenes que hacen o juegan a hacer cine, se me aprendan cada diálogo, plano, secuencia, interpretación, montaje e iluminación de una obra maestra del cine mundial, que un genio pillastre como Luis García Berlanga se sacó de la manga en 1953, con la ayuda de Juan Antonio Barden: «Bienvenido Mr. Marshall»… he dicho, y ahora pienso volver a disfrutarla, «por orden del señor alcalde», proclamo.