Mesa redonda

Nuevas tecnologías en el olivar: el futuro ya está aquí

LA RAZÓN reúne en Expoliva a la Consejería de Agricultura, AgroBank, Asaja y Balam Agriculture para debatir sobre innovación

Francisco Gálvez, CMO de Balam Agriculture; Luis Carlos Valero, gerente de Asaja Jaén; Juan Diego Márquez; Cristina de Toro, directora de Industrias de la Junta; y Antonio Martínez, director de AgroBank en Andalucía Oriental
Francisco Gálvez, CMO de Balam Agriculture; Luis Carlos Valero, gerente de Asaja Jaén; Juan Diego Márquez; Cristina de Toro, directora de Industrias de la Junta; y Antonio Martínez, director de AgroBank en Andalucía OrientalKiko HurtadoLa Razón

Agricultura de precisión para mejorar la productividad y disminuir el impacto ambiental, sensores en los olivos para controlar distintas variables o imágenes cenitales tomadas por drones. Son algunas de las tecnologías que ya se están aplicando en las explotaciones olivareras. Un ámbito, el de la modernización y la digitalización, que puede sonar a un futuro lejano pero cuyos resultados son palpables en la actualidad, gracias al impulso de los agricultores y la colaboración de entidades financieras y administraciones. La feria Expoliva, en Jaén, fue el escenario de una nueva mesa redonda sobre actualidad agrícola andaluza organizada por LA RAZÓN. En el stand de AgroBank debatieron sobre las nuevas tecnologías vinculadas al olivar Luis Carlos Valero, gerente de Asaja Jaén; Francisco Gálvez, CMO de Balam Agriculture; Cristina de Toro, directora general de Industrias, Innovación y Cadena Alimentaria de la Junta de Andalucía; y Antonio Martínez, director de AgroBank en Andalucía Oriental.

Valero abrió el debate asegurando que aplicar las nuevas tecnologías al olivar tradicional «es posible». «Son cultivos en setos, mecanizables al cien por cien, donde la gestión va acompañada de estos nuevos programas y técnicas». Gálvez, por su parte, apuntó que «el reto es transferir ese conocimiento o decirle al agricultor cómo se usan las nuevas tecnologías y en qué momento». «Esa parte de formación es la que tenemos pendiente. Nuestra empresa es un punto de encuentro para transferir ese conocimiento».

De Toro sostuvo que «hay nuevas tecnologías para todo tipo de agricultura». «Hay pequeñas innovaciones y cambios en la manera de hacer las cosas. El olivar tradicional permite eficiencia en riego, sensores, cambios en las técnicas de cultivo o en los sistemas de recolección». En este sentido, recordó que la Consejería de Agricultura lidera Agrotech Digital Innovation Hub, un instrumento «donde aunamos demandas con ofertas tecnológicas». El objetivo es que «las tecnologías que están desarrollando las empresas se transfieran y se apliquen al sector».

¿Cuáles son las tecnologías que más se están aplicando? Valero apuntó que «el espectro es enorme». «La agricultura de precisión va a tener mucho futuro en el olivar», señaló, destacando las imágenes cenitales tomadas por un dron, «obteniendo el agricultor una definición perfecta de lo que necesita cada olivo: agua, nitrógeno o fitosanitario». «Es una tecnología muy didáctica y no la tiene que manejar un experto». En definitiva, existen métodos para gestionar una explotación «desde muy cerca del despacho, incluso tractores que no tienen cabina, georeferenciados». Sin embargo, el gerente de Asaja Jaén reconoció que «hay un problema de concienciación». «Si a través de los ecoesquemas los agricultores se conciencian de que la agricultura de precisión supone un ahorro, todo ello unido a la obligación de cumplir unos requisitos medioambientales, en los próximos años veremos un salto espectacular en este ámbito».

Gálvez aseguró que el agricultor «no tiene que implementar la tecnología» y abogó por una estrategia «más global» en la que participen organizaciones agrarias, empresas y administraciones. «A través del Ministerio de Ciencia e Innovación estamos desarrollando un proyecto para dar avisos, formular modelos predictivos, ayudar y gestionar mejor 40 explotaciones». En su opinión, «la tecnología como tal va a ser muy difícil que llegue al pequeño agricultor, pero como estrategia global, por zonas, comarcas o provincias sí puede entrar». Balam Agriculture aplica imágenes de satélite, impulsa statups para hacer modelos predictivos de enfermedades y desarrolla proyectos de CO2 integrados. «El agricultor está concienciado de la necesidad de modernizar su explotación, pero no tiene quién se lo haga ni quién se lo explique».

En este punto, Valero subrayó que «las nuevas tecnologías no son un privilegio de grandes explotaciones. Están en la calle y los precios no son privativos». De Toro, por su parte, recordó que las líneas de apoyo de la Junta para implementación de las nuevas tecnologías son los grupos operativos de innovación. «Hay una línea específica para el olivar. Se han aprobado 17 proyectos y están subvencionados al cien por cien». Esos proyectos «buscan la eficiencia y la tecnificación, como por ejemplo la obtención de datos a través de satélites». Otro ejemplo, en el sector de frutas y hortalizas de Almería, es la creación de una plataforma de comercialización. «La colaboración público-privada es fundamental», señaló.

¿Pueden afrontar los agricultores la inversión en tecnología? Valero hizo balance y señaló que «la reconversión ya ha empezado en la provincia de Jaén». «Las entidades financieras tienen equipos de estudio que te dicen si la inversión es viable o no». «El agricultor tiene un bien raíz que siempre va a existir, aunque se haya devaluado. Tiene para responder, tanto en patrimonio como en trabajo». Junto a ello, apuntó otro problema, que es la estructura del olivar en Jaén, donde abundan los minifundios. «La propiedad es muy pequeña, por lo que se tiene que poner en marcha un proceso de concentración». «Las nuevas tecnologías no llegan no porque no estén al alcance, sino por la estructuración de las fincas, que impide la profesionalización de los cultivos».

Gálvez, por su parte, lamentó que «España es uno de los países que peor gestiona los fondos europeos». «Hay muchos fondos que vienen para la digitalización del sector agroalimentario, pero no somos capaces de aprovechar eso para crear una estrategia local, regional o global».

Sobre la financiación, De Toro recordó las líneas que tiene la Consejería de Agricultura, a través del PDR, para la modernización de explotaciones agrarias. «En la última convocatoria se subió la cantidad máxima a percibir. Hay líneas específicas para introducir nuevas tecnologías, pero también puntúan más los proyectos que introducen elementos innovadores».

El nuevo marco de la Política Agraria Común (PAC) plantea exigencias medioambientales y, en este ámbito, juegan un papel importante el uso de bioestimulantes y otros productos para combatir las plagas que sean respetuosos con el entorno. Valero aseguró que «lo verde va a primar no solo porque Europa nos lo está exigiendo para darnos ayudas y subvenciones, sino porque la conciencia de los agricultores, ganaderos y la sociedad en general va por ahí». «La agricultura de precisión está reconocida como ecoesquema, cumpliendo en todo momento con la normativa medioambiental europea».

Gálvez defendió que «una agricultura productiva y sostenible al mismo tiempo es perfectamente compatible». «La eficiencia energética y de recursos hídricos es posible y alcanzable. Los productos van a ser más saludables, así que estamos ante una gran oportunidad para España y Andalucía».

De Toro sostuvo que Europa marca en el nuevo modelo de la PAC que el 25% de la agricultura debe ser sostenible «y nosotros estamos ya en 23,5». «La agricultura es compatible con el medio ambiente y en algunos sitios si no existiera esta actividad no tendríamos la calidad medioambiental que tenemos». Por ello, «Andalucía tiene cultivos que ‘per se’ debería ser considerados ecoesquemas por lo que aportan al medio ambiente».

El apoyo de las entidades financieras es fundamental para la modernización de las explotaciones agrarias y, en este sentido, AgroBank acompaña a los agricultores con esta línea de negocio desde 2014. Martínez enumeró cuatro líneas específicas: la especialización de oficinas en entornos rurales, servicios y productos adaptados a las necesidades del agricultor, el impulso al sector mediante la participación en ferias o la incorporación de la mujer al mundo rural y la innovación. Sobre este último aspecto, aseguró que AgroBank colabora con la Universidad de Córdoba y con otros organismos y empresas para impulsar la modernización. «Con la integración de Bankia hemos ganado mucha presencia en territorios donde antes no estábamos», aseguró, no sin antes recordar que AgroBank tiene la confianza expresa de uno de cada tres agricultores a nivel nacional.