Consumo

«Tormenta perfecta» en el supermercado: llenar la cesta cuesta un 5% más

El sector andaluz reconoce que los precios no se abaratarán «a corto plazo» y augura más competitividad y «tensión comercial»

La cadena alimentaria sufre tensiones que se reflejan a la mínima perturbación
La cadena alimentaria sufre tensiones que se reflejan a la mínima perturbaciónLa RazónLa Razón

El aumento del coste de la energía y de las materias primas y la creciente competitividad han creado la «tormenta perfecta» en los supermercados, que intentan sobrevivir en Andalucía conjugando la rentabilidad con ofertas asequibles para mantener el consumo tras casi dos años marcados por la incertidumbre de la pandemia. Ahora, en un escenario claramente inflacionista, cuesta un 5% más llenar la cesta de la compra, aunque la distribución comercial, el último eslabón de la cadena, «está tratando absorber al máximo esos incrementos de costes y repercutir lo mínimo en los precios». Así lo asegura a LA RAZÓN Álvaro González, director general de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), quien recuerda ese porcentaje frente al 6,5% de variación general del Índice de Precios de Consumo (IPC) el pasado mes de diciembre. Un ámbito, el de la alimentación, no tan castigado si se compara con el de los transportes, con un encarecimiento del 10,9% debido a la subida de precios de los carburantes.

¿Cuáles son los productos que más se han encarecido? Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al pasado mes de diciembre, los que más experimentaron la subida de precios fueron el pescado, el marisco, las legumbres y las hortalizas. En menor medida aumentaron la carne, la leche, el queso y los huevos.

En los supermercados, la subida de los costes de la energía tiene repercusión en la refrigeración de los frescos, con maquinaria conectada las 24 horas del día. También el transporte se ha encarecido, desde el sector productor pasando por las comercializadoras en origen, las plataformas logísticas y la transformación hasta llegar al canal mayorista, para luego pasar al minorista y al canal ORECA. Las materias primas también han subido, afectando al sector productor –concretamente a la alimentación animal, por ejemplo los piensos– y al envasado –plásticos y cartón–.

González recuerda que «un 25% de la población lo está pasando mal a causa de la crisis económica derivada de la pandemia» y apunta que los consumidores priorizan el factor precio como criterio de compra «por encima de la marca, la calidad o la procedencia». «Esa propia competitividad de nuestro sector comercial es la mayor garantía de que los precios subirán lo menos posible, hasta el punto de poder absorber esos incrementos de costes». No obstante, González recuerda que el pasado 15 de diciembre entró en vigor la Ley de Cadena Alimentaria, que contempla «la imposibilidad de comprar por debajo de los costes de producción en ningún eslabón», al igual de «no poder vender a pérdidas».

En los precios también influye la entrada de productos de terceros países, con exigencias «mucho menores» en cuanto calidad alimentaria, exigencia normativa e incluso condiciones laborales. En los supermercados, por tanto, se venden naranjas de Sudáfrica o Marruecos, por ejemplo, que tienen costes de producción inferiores y precios más baratos. «Eso es legal si no está regulado por la Unión Europea o por el Gobierno de España», señala González.

Con todo, el director general de CAEA asegura que el consumo durante la pasada Navidad se acercó «en gran medida» a los niveles prepandémicos. «Ha sido una Navidad normal teniendo en cuenta que se han seguido restringiendo determinadas celebraciones familiares por el aumento de contagios», apunta, además de remarcar que en 2020 se produjeron consumos «prestados». «Al cerrar los restaurantes y descender el turismo, la distribución comercial absorbió esos consumos de manera prestada. Las empresas mayoristas lo pasaron peor».

¿Se prolongará mucho esta etapa inflacionista? «Nos quedan unos meses complicados», sostiene González. A su juicio, «habrá mucha competitividad y tensión comercial entre nuestras propias empresas». Todo ello en un contexto andaluz particular, donde conviven operadores internacionales, nacionales, regionales, provinciales y locales. «Esto es una excepción en Europa, donde tres o cuatro cadenas copan el mercado de cada país». Esta variedad es beneficiosa para el consumidor, ya que los operadores locales «conocen mejor a sus clientes y ofrecen productos de la tierra». No obstante, reconoce que a corto plazo no hay perspectivas de que se puedan abaratar los precios.

La lista de los más baratos

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el supermercado más barato es andaluz. Concretamente Supermercados Dani, que pertenece al Grupo IFA, con tiendas en Málaga, Jaén, Almería y Granada. Le sigue otra firma andaluza, Más Ahorro, con tiendas en Córdoba. Junto a ello, Jerez encabeza la lista de ciudades donde la cesta es más barata.