Cultura

La “resurrección” de Rafael Amargo

Regresa a los escenarios después de que un juez le considerara el cabecilla de un grupo que traficaba con drogas

El bailaor Rafael Amargo regresa a los escenarios con "The Beautiful Dream of Life"
El bailaor Rafael Amargo regresa a los escenarios con "The Beautiful Dream of Life"Luis MillánAgencia EFE

El bailaor Rafael Amargo regresa a los escenarios con “The Beautiful Dream of Life” una obra sobre el éxito y las adicciones, que siente autobiográfica, una “resurrección”, después de que un juez le considerara el cabecilla de un grupo que traficaba con drogas, un caso por el que está a la espera de juicio. Una historia “con la que me puedo identificar”, dice en una entrevista a Efe. “Estoy muy requemao. A otro le hubieran enterrado, pero esta obra es la resurrección”, asegura rotundo.

Un elenco de 20 bailarinas y actrices entre ellas Josele Román, Paula Gómez, Sara Vega y por segunda vez en uno de sus espectáculos, Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia, le arropan en el escenario. Un musical flamenco, muy urbano, ambientado en Nueva York, basado en el libro del mismo título del pintor español Domingo Zapata (Palma de Mallorca, 1974) que incorpora a la escenografía seis obras originales que irán rotando en el escenario.

”Me encanta la adaptación que ha hecho, ha quedado muy bien. Tiene tanto arte y tanto gusto”, ha dicho en relación al bailarín el pintor. Feliz de volver a un escenario, Rafael Amargo (Pinos Puente, Granada, 1975) advierte que, aunque toca estar callado, él no se calla, asegura tras un ensayo del nuevo espectáculo que estará del 4 de agosto al 4 de septiembre en el Teatro Marquina de Madrid, adaptado y dirigido Nicolás Pérez-Costa. Y cumple. Habla del gobierno, de sus simpatías políticas, de la esperanza de que en agosto pueda llenar el teatro y sobre todo del el proceso judicial en el que se haya inmerso.

La obra cuenta la historia de un artista que consigue muy rápido el éxito, con él viene el dinero, el derroche, el delirio, las mujeres, la droga y el alcohol. “Algo que de alguna manera me ha pasado a mí”. Y aunque -señala- que pueda parecer una provocación, “habla de la superación, la fuerza y valentía que hay que tener para contar su realidad y superar un problema”, apunta. “Me toca muy de cerca la historia y cuando sales del pozo y tienes que volver para interpretarlo es muy duro”, subraya.

A punto de estrenar su obra “Yerma”, en diciembre en 2020, el bailarín fue detenido en una operación contra una organización criminal dedicada al tráfico de drogas; en su casa de Madrid se hallaron, según fuentes policiales, 60 gramos de metanfetamina y 20 gramos de ketamina aunque él argumentó que era para consumo personal. El bailaor está a la espera de que se fije una fecha para le juicio, en el que la Fiscalía de Madrid le pide nueve años de prisión por un delito contra la salud pública, al considerar que vendió drogas en su propio domicilio a terceras personas de manera “persistente” a cambio de dinero.

”Hace tiempo que ya no consumo”, asegura, aunque dice que se ha quedado con el “sambenito” y alega que después de su detención la gente cambió de repente su actitud con él: “A muchos se le olvidó el ‘presuntamente’”. ”Yo estoy investigado no estoy imputado”, sostiene y se queja de que le hayan retirado el pasaporte, lo que le ha supuesto perder giras, su participación en el programa “Supervivientes” y una película en Bollywood, la meca del cine hindú.

El bailarín se siente acosado económicamente; “necesito dinero para vivir”, explica y, sin dar nombres, se queja de ser la cabeza visible de una trama que pretende ocultar otros delitos, inculpando a un personaje popular como él. ”Creo en el karma. Me siento injustamente tratado. Tengo la conciencia supertranquila”, dice el artista, que se considera “marca España”, y estudia un Máster en Salud Mental y Drogadicción en la Universidad de Barcelona. “Mi sueño es montar una clínica para trabajar en la salud mental y todo tipo de adicciones”, cuando deje de bailar. ”No me voy a quedar quieto y ahora, pasado el tiempo, tengo mucha gente que me apoya”, concluye Rafael Amargo, que se lamenta de la lentitud de la justicia y declara que lucha contra la adversidad: “No tengo miedo porque lo que hago es desnudar el alma y estoy muy feliz”.