
Exposición
Córdoba, legado del Cristianismo
La ciudad acoge una monumental muestra formada por 200 icónicas piezas traídas de prestigiosas instituciones, como los Museos Vaticanos o el Museo Nacional de Cartago

«No estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época», ha advertido en varias ocasiones el Papa Francisco. Aunque han pasado más de 2.000 años, las transformaciones a todos los niveles que está sufriendo el mundo tal y como lo conocemos pueden compararse, en parte, a las que acontecieron con el nacimiento de Cristo. Fue el gran acontecimiento que dio paso a una nueva era y que tuvo un gran impacto no solo en la religión y el culto, también en expresiones culturales que subyacen en las sociedades occidentales.
Ese proceso de cristianización en Europa lo condensa a la perfección la exposición «Cambio de era, Córdoba y el Mediterráneo cristiano». A través de obras icónicas del cristianismo mediterráneo, esta muestra propone una visión innovadora que va desde del proceso de cristianización del Imperio Romano hasta el complejo desarrollo de la nueva religión en el Mediterráneo durante los siglos V y VI.
La exposición cuenta con 200 piezas arqueológicas, que incluyen elementos de arquitectura, sarcófagos, lápidas, mosaicos, esculturas, joyería, ajuares, objetos deliturgia y pintura de las principales instituciones nacionales e internacionales, entre los que se encuentran el Museo Vaticano, el Museo Nacional de Cartago y el Museo Nacional Romano, entre otros. La muestra se divide en tres sedes: la Sala Vimcorsa, el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía C3A y la Mezquita Catedral de Córdoba.
En la sala Vimcorsa se presentan las principales características del cristianismo en la ciudad de Córdoba, utilizando principalmente el registro arqueológico centrado en las primeras áreas funerarias e inscripciones. Estos hallazgos arqueológicos están vinculados sobre todo a la construcción de complejos eclesiásticos dentro y fuera del perímetro amurallado, como el conjunto episcopal o las iglesias martiriales suburbana. En suma, testimonios que permiten también delinear aspectos claves de la vida cultural, social, económica y política de esta época.
En el C3A se explica cómo se forjó la iconografía cristiana –de los primeros símbolos a las representaciones de la vida de Cristo–, el importante papel que esta religión tuvo en los cambios que experimentó el Mediterráneo en el paso que llevó del final del imperio romano –con la importante figura de Constantino y su significación en el desarrollo de la nueva religión–, a su consolidación durante los reinos bárbaros y el posterior intento de restauración de los territorios del imperio romano por parte del emperador Justiniano.
Por último, la incorporación de la sede de la Mezquita-Catedral corresponde a un doble objetivo. Por un lado, contextualizar e interpretar una selección de materiales expuestos en el actual Museo de San Vicente, y por otro, aprovechando las importantes intervenciones arqueológicas que se están realizando en el Patio de los Naranjos, mostrar el proceso que, en la moderna práctica arqueológica, conduce desde la excavación a la interpretación y presentación de los resultados históricos, con la ayuda de los más modernos métodos.
Entre las obras que recoge esta exposición destaca la hebilla de cinturón-relicario de san Cesario de Arles con representación del Santo Sepulcro, procedentes de Museo Departamental de la Antigua Arlés. Además de contener las reliquias de un santo, se trata de una de las primeras representaciones del Santo Sepulcro de Cristo en Jerusalén.
También merecen especial mención la estatua de Cristo sentado del Museo Nacional Romano, una de las pocas y más antiguas representaciones de Jesucristo en bulto redondo; el emblema musivo con «Dama de Cartago», del Museo Nacional de Cartago, un mosaico de gran calidad con representación de mujer nimbada; así como la Fíbula de Turuñuelo, del Museo Arqueolígico Nacional, fechada en el siglo VI de posible origen oriental con representación de la Adoración de los Reyes Magos.
Entre las obras destacadas también se encuentra el Retrato de Constantino Grottaferrata (Museo Arqueológico Nacional de de la Abadía de Santa María de Grottaferrata en Roma), un retrato muy poco conocido del emperador que favoreció el desarrollo monumental e iconográfico del Cristianismo en el siglo IV. Así como el Ajuar suevo de Mérida, perteneciente a una importante mujer sueva, grupo que con otros individuos bárbaros se instala en la Península a partir del siglo V.
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