Sociedad
Nuevo hotel en la playa de Genoveses (Almería): ¿recurso sostenible o amenaza medioambiental?
Alegaciones ecologistas contra la rehabilitación de un cortijo rural en ruina para uso turístico en Cabo de Gata-Níjar
Tras más de ocho años de modificaciones para adaptarse a la normativa de impacto ambiental en una zona especialmente protegida, el proyecto para un hotel de cuatro estrellas frente a la Bahía de Genoveses del Cabo de Gata-Níjar, se encuentra apenas a un mes de conseguir la licencia de construcción definitiva. «Desde nuestro punto de vista, y el de muchos colectivos sociales, el único interés que conlleva este hotel es económico: negocio puro y duro para la empresa Torres y González Díaz S.L.”» valoró el presidente de la asociación del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, Julián Vera. «Vamos a presentar alegaciones y seguimos recogiendo firmas y diferentes apoyos para frenar la construcción de este hotel, porque pensamos que va a transformar negativamente un entorno natural inigualable, destruyendo ecosistemas y hábitats de flora y fauna», explicó el portavoz medioambientalista, señalando cómo «hay quien teme que sea un precedente que se reproducirá en otros cortijos rurales en ruinas, creando un diseminado de construcciones turísticas que en conjunto dejen un impacto tan lesivo como lo pudo ser El Algarrobico en Carboneras». Con más de «doscientas mil firmas» reunidas, los colectivos contrarios a la rehabilitación del Cortijo Chiqueras en un hotel de cuatro estrellas han iniciado ahora una campaña «para hacer llegar al Ayuntamiento de Níjar el máximo número de alegaciones posibles, facilitando modelos de instancia a la ciudadanía». Entienden que «una movilización masiva en contra» de esas instalaciones «debe hacer que se considere inviable la declaración municipal como proyecto de interés público y social», indicó Julián Vera. «No estamos dispuestos a que se vulnere este espacio y daremos guerra para evitarlo, con todas las herramientas legales a nuestro alcance», aseguró, remarcando el «trastorno tan agresivo que supondrá todo un complejo turístico, con piscina, aparcamiento y restaurante; en un entorno tan sensible». Sin embargo, el pasado octubre la Junta dio autorización medioambiental positiva tras obligar a los promotores a reducir ocho habitaciones en el diseño y a un uso circular y sostenible de los suministros, con paneles solares para la producción eléctrica y el reciclado completo de las aguas residuales. El Ayuntamiento nijareño continuó con la validación de los permisos y ya solo restaría la aprobación definitiva de la licencia municipal de obras, tras superar el plazo de exposición y las alegaciones. De hecho, no todas las voces son contrarias al desarrollo de la zona «siempre que sea respetuoso con la naturaleza», como aseguró el presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos del Cabo de Gata-Níjar, Francisco García. «No es una cuestión de opinión, sino de lo que se puede y no se puede hacer», consideró respecto a las resistencias a su construcción por parte de los ecologistas, apelando a que «si este proyecto está pasando todas las etapas legales que tiene que pasar... ¿Ahora no se puede hacer?». «Entonces, ¿qué seguridad jurídica tenemos los empresarios?». «¿A qué te atienes a la hora de hacer una inversión?», cuestionó García, indicando que «prefiere que un cortijo que está en ruinas, se ponga en valor y tenga un uso turístico», que es «el potencial económico que tenemos en esta zona», porque «no tenemos otra industria» y «si queremos más recursos y oportunidades, hay que promover proyectos acordes a los marcos legales establecidos».
Desde Asemarna destacaron, además, que su «principal objetivo es conservar el valor paisajístico del Cabo de Gata-Níjar», ya que «somos de aquí, trabajamos aquí, vivimos aquí y tiene que quedar muy claro que no somos terroristas medioambientales, sino todo lo contrario». «Somos los primeros interesados en la conservación de nuestros atractivos». De esta forma, Francisco García puntualizó que «la sostenibilidad no debe ser solo en cuanto a la naturaleza, sino también social y económica», destacando las oportunidades laborales y de servicios para el entorno de proyectos como la rehabilitación del cortijo de Genoveses.
«Hay decenas de construcciones rurales, incluso en los propios terrenos de los herederos de Doña Paquita», desveló Julián Vera desde Amigos del Parque, en referencia a la empresaria almeriense Francisca Díaz Torres, Hija Predilecta de Andalucía en 2010, reconocida por su labor por la conservación ecológica y sostenible de más de 3.300 hectáreas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. «Ella intento preservar lo que ahora van a destruir para beneficio propio». Junto al Grupo Ecologista Mediterráneo han recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la autorización ambiental y han solicitado a la sala que adopte medidas cautelares para «evitar» que la promotora continúe con la tramitación del proyecto.
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