Salud
Así es Da Vinci, el robot que facilita cirugías "complejas" de cáncer renal y de próstata
El servicio de urología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón ha integrado ya la cirugía robótica en la mayoría de procesos quirúrgicos
La cirugía robótica –y especialmente el robot quirúrgico Da Vinci– está revolucionando el mundo de la sanidad. Se utiliza en diferentes áreas y especialidades y tiene especial incidencia en las cirugías de patologías de próstata y riñón, cirugías colorrectales o cáncer de pulmón.
Por ello, esta tecnología está disponible dentro de los servicios de Cirugía General y del Aparato Digestivo, Urología y Cirugía Torácica, en las que los diferentes profesionales de los hospitales Quirónsalud Sagrado Corazón e Infanta Luisa están altamente cualificados para el manejo y la aplicación de este robot quirúrgico. En el campo de la urología, el doctor Juan Leal, urólogo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón y experto en urología oncológica, cirugía mínimamente invasiva, reconstructiva y HBP del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, asegura que el Da Vinci “permite acceder a todas las cirugías: desde quitar una glándula suprarrenal a una metástasis, un tumor de riñón o un cáncer de vejiga o de próstata parcialmente avanzado, entre otros”.
Pero su utilidad va mucho más allá. El robot Da Vinci es un sistema quirúrgico robótico diseñado para facilitar la realización de cirugías que son complejas de una forma mínimamente invasiva. Recuerda al procedimiento quirúrgico de laparoscopia, pero, gracias al robot Da Vinci, los cirujanos pueden alcanzar “mayores cotas de precisión, manejabilidad y visibilidad”, asegura el doctor José Luis Marenco, urólogo del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa y especialista en prostatectomía robótica por la European Robotic Urologic Society (ERUS) y en uro-oncología. En contraposición a las técnicas laparoscópicas, Marenco detalla que “en el componente reconstructivo de la cirugía permite una mejor disección de los tejidos y una mayor precisión a la hora de reconstruir los mismos”, lo que se refleja en una mejoría de los resultados funcionales. Además, como explica Marenco, los instrumentos quirúrgicos del robot están diseñados específicamente para otorgar estas ventajas. Son pequeños, articulados y pueden girar más grados que una mano humana, lo que permite una precisión y flexibilidad “sin precedentes” hasta la fecha.
Por su parte, Leal destaca como características fundamentales la asistencia por brazo robótico, que les ayuda a tener mayor precisión gracias “a una consola que gobierna nuestros movimientos” y la visión óptima que ofrece el robot, ya que "los movimientos que realizamos y a donde puedes llevar la cámara son superiores a los que podemos conseguir con laparoscopia”. El robot proporciona al cirujano una vista detallada y tridimensional del área quirúrgica. La visión es magnificada, lo que mejora la capacidad del cirujano para ver y manipular cualquier tipo de estructura. En otras palabras, Leal explica que “el sistema del robot del Da Vinci permite ver de la misma manera en la que vemos en nuestro día a día y con la misma sensación de profundidad que tenemos en el mundo real, pero de cerca”.
Por lo tanto, la clave para entender cómo beneficia el robot Da Vinci en campo de la cirugía, y concretamente en la urológica, es la precisión y la seguridad. Aunque se puede utilizar en muchísimas operaciones, según Marenco, este robot encuentra en la operación de la prostatectomía radical su razón de ser. Una prostatectomía radical es una intervención quirúrgica que consiste en la extirpación completa de la próstata y algunos tejidos cercanos, incluyendo las vesículas seminales, para tratar el cáncer de próstata. Es una opción de tratamiento común cuando el cáncer se encuentra confinado dentro de la próstata y no se ha diseminado a otras áreas del cuerpo. Se trata de una operación en la que los cirujanos trabajan en una “cavidad muy estrecha”, por lo que los beneficios que aporta el robot permiten “una mejoría en la continencia urinaria y en la función eréctil después de la cirugía”, afirma Marenco. Respecto al trabajo de los cirujanos, los beneficios radican en que “ya no hay error humano que provoque que algo salga mal por un movimiento brusco”, explica Leal, que asegura que solo esta ventaja ya aporta “un plus de calidad” en cada cirugía. De hecho, el doctor del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón asegura que cirugías que “son complejas”, ahora son “tremendamente sencillas, cómodas y seguras” gracias al robot. Realizar una prostatectomía radical mediante cirugía robótica se traduce en una menor pérdida de sangre, menor riesgo de infección, recuperación más rápida y menos dolor postoperatorio en comparación con la técnica abierta.
Por otro lado, en el cáncer renal, localizado en los riñones, utilizar el robot Da Vinci ha supuesto un cambio radical porque permite “completar cirugías de tumores que están en zonas de mucho riesgo” que antes no se podían realizar ni por vía abierta ni por vía laparoscópica. La nefrectomía, que puede ser parcial o radical, es el procedimiento quirúrgico típico para tratar el cáncer renal. En una nefrectomía parcial, solo se extirpa la parte afectada del riñón; en una nefrectomía radical, se extirpa todo el riñón y, a veces, tejidos circundantes. En este caso, al utilizar el Das Vinci, los brazos robóticos no se cansan, no tiemblan y pueden rotar con una libertad de movimiento que va más allá de la muñeca humana, lo que resulta en una maniobra quirúrgica sumamente delicada y precisa. Esto es particularmente importante en la nefrectomía, donde cortar de más o demasiado poco puede tener consecuencias muy importantes en la salud del paciente. “Donde antes teníamos unos instrumentos rígidos que no permitían movilidad y se manejaban de forma poco intuitiva, ahora tenemos unos instrumentos que nos permiten una rotación de 520 grados y que reproducen nuestros movimientos dentro del cuerpo humano con una visión aumentada y en tres dimensiones. Por lo tanto, es una ventaja más que, junto a las demás, permiten "realizar una cirugía y disección mucho más precisa”, garantiza Marenco. La visión tridimensional y el aumento que proporciona el sistema Da Vinci son esenciales para identificar y preservar estructuras importantes como los vasos sanguíneos y los uréteres. Durante una nefrectomía parcial, donde solo se extirpa la parte enferma del riñón, la capacidad de visualizar con precisión y distinguir entre tejido sano y tejido afectado por el cáncer es de suma importancia para el resultado de la operación y el paciente. Esto maximiza la cantidad de tejido renal preservado, lo cual es vital para mantener una buena función renal después de la cirugía. “Hay pacientes que no serían operables previamente y con la cirugía robótica si podemos ofertarles cirugías de nefrectomía parcial en la que quitamos el tumor, pero conseguimos preservar el riñón”, insiste Marenco.
Asimismo, ambos doctores aseguran que gracias a la formación y los años de experiencia en el campo de la cirugía robótica, realizar este tipo de intervenciones se ha convertido en algo natural que aporta mejores resultados tanto para los pacientes, que exigen este tipo de operación menos invasiva, como para ellos mismos.
Uso de la IA en el robot quirúrgico Da Vinci
Respecto al futuro, en el campo de la urología, el robot Da Vinci todavía tiene un gran terreno para despegar. Para Marenco, “el reto principal es abaratar costes para que sea una cirugía más accesible que desbanque a la cirugía laparoscópica”. Otros retos que se plantean son, según el cirujano, “la introducción de técnicas de ayuda como la inteligencia artificial (IA) para reconocer estructuras y que aporte avisos de seguridad ante posibles acciones que cometa el cirujano que pudieran poner en riesgo la salud del paciente”, aunque opina que “nunca va a desplazar la visión y decisión del propio cirujano a la hora de la disección”. Por su parte, Leal coincide en que el mayor desafío se encuentra en “implantar la cirugía robótica como algo normal que la gente no perciba como atípica y que se muestre como algo que es accesible a todas las cirugías”.
Beneficios del Da Vinci
- Mínimamente invasivo: comparado con la cirugía abierta tradicional y la laparoscopia, el sistema Da Vinci permite realizar cirugías a través de pequeñas incisiones, lo que reduce la pérdida de sangre, el riesgo de infección y el tiempo de recuperación.
- Precisión: la tecnología avanzada del robot mejora la precisión durante la cirugía, lo que es extremadamente relevante en procedimientos complejos y delicados.
- Menor trauma para el paciente: las incisiones más pequeñas y la mayor precisión resultan en menos trauma para el cuerpo, lo que conlleva a una recuperación más rápida y menos dolor postoperatorio.
- Campo de acción: El robot Da Vinci se utiliza en múltiples especialidades quirúrgicas, lo que demuestra su versatilidad y capacidad para mejorar los resultados quirúrgicos en una amplia gama de procedimientos.
El sistema Da Vinci ha escrito un nuevo capítulo en la cirugía mínimamente invasiva, beneficiando tanto a los cirujanos en términos de las capacidades operativas como a los pacientes con mejores resultados y una recuperación más rápida. A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que veamos una expansión en su uso y aplicaciones en el campo médico, un horizonte en el que los hospitales Quirónsalud de Sevilla están siendo pioneros.
En este contexto, el servicio de Cirugía Torácica del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón realizó con éxito en enero una timectomía radical, una intervención poco frecuente dentro de esta especialidad, con ayuda del robot quirúrgico Da Vinci. Se trata de la primera cirugía torácica que se realiza con cirugía robótica en la sanidad privada andaluza.
El Da Vinci está instalado en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, interviniendo en este centro cirujanos generales, torácicos y urológicos de los dos hospitales de Sevilla (Sagrado Corazón e Infanta Luisa), así como hospitales de Quirónsalud de Andalucía occidental. Además, el hospital ha instalado el último modelo, el sistema robótico Da Vinci Xi, que cuenta con la tecnología más avanzada en el campo de la cirugía robótica asistida.
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