Cultura

Postales desde Córdoba: bajo el peso de la Mezquita

El monumento suma casi el 60% de las imágenes icónicas de la capital cordobesa desde finales del siglo XIX

Exposición "Córdoba, una ciudad de postal". EFE/ Rafa Alcaide
Exposición "Córdoba, una ciudad de postal". EFE/ Rafa AlcaideRafa AlcaideAgencia EFE

La historia de las postales que muestran la imagen de Córdoba se encuentra bajo el icono que supone la Mezquita-Catedral, que suma casi el 60 por ciento de la producción de este medio de difusión desde su creación, a finales del XIX, hasta la actualidad y que ha vuelto a convertirse en un objeto de coleccionismo.

Este dato lo ha constatado el fotoperiodista e investigador Antonio Jesús González (Córdoba, 1968), comisario de la exposición ‘Córdoba, una ciudad de postal’, que ha estudiado la postal y su incidencia en Córdoba para el catálogo, que muestra casi trescientas imágenes que reflejan la evolución de la capital.

“El gran atractivo de la ciudad para vender postales era la Mezquita, casi el 60 por ciento de las postales que se editaron eran fotografías de la Mezquita-Catedral”, señala, en un contexto en el que “la imagen que el medio dio de Córdoba al mundo fue una imagen histórica, monumental, de la grandeza histórica y artística de la ciudad”.

En su trabajo afirma que “más del 70 por ciento de las postales editadas lo copa el patrimonio histórico artístico de nuestra tierra”, aunque eso, precisa en una entrevista con EFE, no evita que compongan un conjunto de “imágenes de un período muy importante de la historia contemporánea de Córdoba en el que se puede apreciar, a través de estas pequeñas cartulinas, cómo fue evolucionando urbanísticamente y también la sociedad y las personas en un siglo fundamental”.

El catálogo editado con motivo de la exposición, ,presente en el Bulevar del Gran Capitán hasta el 14 de noviembre, “desgrana a los principales editores de postales, cómo funcionaban, las técnicas que utilizaban y, algo muy importante, cómo fue cambiando el uso social y político, especialmente durante la dictadura, que se le da a la postal”.

El fotoperiodista e investigador Antonio Jesús González (Córdoba, 1968), comisario de la exposición "Córdoba, una ciudad de postal". EFE/ Rafa Alcaide
El fotoperiodista e investigador Antonio Jesús González (Córdoba, 1968), comisario de la exposición "Córdoba, una ciudad de postal". EFE/ Rafa AlcaideRafa AlcaideAgencia EFE

Así, se puede saber que es en la I República, en 1871, cuando se normalizan las postales, que nacen como una idea que “era tan sencilla como revolucionaria: cambiar la carta ordinaria por una pequeña cartulina de 9 por 14 centímetros que no necesitaba sobre”, según relata el estudio.

También, como comenta el fotoperiodista, que desarrolla su trabajo en el diario ‘Córdoba’, se constata que “después de la Guerra Civil, como cualquier otra publicación, las postales tenían que pasar la censura, y la dictadura condicionó la imagen que se daba al mundo, en este caso de Córdoba, y no cualquier fotografía podía ilustrar la ciudad”.

Por eso, añade, “tenía que ser una imagen pulcra, hermosa, bella y de ahí la expresión de ‘esta imagen parece una postal’, porque parece perfecta”.

Córdoba destaca con once imágenes en la serie láminas fotográficas, que tenía 120 fotografías, reproducidas a gran tamaño, 26 por 32 centímetros, que editan en 1897 los fotógrafos suizos afincados en Madrid Oscar Hauser y Adolfo Menet.

Antonio Jesús González lo sitúa como el antecedente del “despegue de la tarjeta postal en España”. De ahí salieron “las primeras postales fotográficas de la historia de la ciudad” y, de las once, cinco eran de la Mezquita-Catedral, el mismo número de otros monumentos y una de la avenida donde, un siglo después, se muestra la exposición por iniciativa del Archivo Municipal de Córdoba, cuya fototeca las atesora.

Su directora, Ana Verdú, ha comentado a EFE que “la aportación de la fotografía al Archivo Municipal ha sido, cuantitativa y cualitativamente, extraordinaria” porque “tiene una cualidad que le es intrínseca y es que documenta y documenta la expresión artística del momento”.

A su juicio, “la fotografía es de un valor inconmensurable para cualquier archivo, porque documenta cambios urbanísticos, sociológicos, de mentalidad, la de la mirada del fotógrafo para enfocar a una ciudad, enriquece siempre” y por eso, subraya, “para nosotros es un lujo contar con una fototeca que día a día se va acrecentando”.

También lo ha sido, según cita González en su trabajo, para la propia difusión de Córdoba. Entre 1897 y 1905 eran 37 las editoriales que contaban con postales de la ciudad. De hecho, “la imagen de la ciudad también fue profusamente difundida por los principales editores europeos, que incluyeron fotografías cordobesas en sus colecciones ya antes de 1905″.

Y aunque no se conocían editores locales en ese año, “nuestras recientes investigaciones han permitido desvelar que detrás de una difundida serie postal que aparecía bajo la enigmática firma de A.M. se encuentra el impresor cordobés Antonio Morales Torres (Córdoba 1872-1943), propietario de la conocida imprenta La Verdad, que se ubicó en la céntrica calle Gondomar. Antonio presentó su colección de postales en la I Exposición Provincial de Industria y Agrícola de 1903″.

“La postal como medio de comunicación casi ha desaparecido, no hay casi personas que al llegar a un destino compren una postal, la franqueen y la envíen”, aunque “ha vuelto a convertirse, porque en sus orígenes ya era, en un objeto de colección”, concluye.