Entrevista

«La fuga de cerebros es síntoma de fracaso como sociedad»

José Reinoso, profesor de Mecánica y Teoría de Estructuras, defiende que la investigación implica «compromiso, ilusión y esfuerzo»

José Reinoso, profesor de Mecánica y Teoría de Estructuras
José Reinoso, profesor de Mecánica y Teoría de EstructurasLa RazónLa Razón

José Reinoso ejemplariza el talento andaluz. Con apenas 40 años acumula estancias universitarias desde Stanford a la Politécnica de Milán. Es profesor Titular de Mecánica y Teoría de Estructuras de la Universidad de Sevilla.

Investiga tanto la mecánica de la fractura y también la del daño de materiales compuestos. ¿En qué afecta eso a la realidad que nos rodea?

Hablamos de puentes, carreteras, presas. También trabajamos la resistencia de implantes médicos, prótesis, aeronaves o satélites. El bienestar social y la salud personal dependen en buena medida de la calidad de los materiales y los componentes en los que se emplean.

El cohete de Elion Musk no lo vio venir…

No solo basta con construir, también predecir y prevenir que los elementos estructurales estén bien dimensionados, que cumplan su función con eficacia.

¿A qué desafío nos enfrentamos?

Nos entra la fiebre por construir, pero no tanto por mantener y reparar. En las próximas décadas se nos presentan retos de gran calibre. Hay muchas estructuras de los años 60 y 70 cuyo ciclo de vida útil está cercano a su fin. Ante eso, ¿reparar, sustituir, volver a construir? Toca planificar y el tiempo corre.

¿Cómo se llevan las estructuras con la emergencia climática, calores extremos o riesgos sísmicos?

Trabajamos en diferentes proyectos de análisis de la rotura de sistemas de producción de energías renovables con el fin de garantizar su eficiencia. Con respecto a los sismos, Andalucía oriental tiene una afección importante y estos fenómenos se tienen muy en cuenta y son analizados. También en el ámbito geotécnico, fenómenos como la humedad tienen su incidencia en las estructuras. Como ejemplo, el desastre de Aznalcóllar viene motivado por la rotura de una balsa cuya capacidad de resistencia no se evaluó de forma adecuada.

Por poner un ejemplo, otro «Terremoto de Lisboa» (1755) provocaría el mismo daño.

España sigue una normativa en términos de diseño y construcción frente a sismos, y estamos preparados en gran medida. Pero fíjate en el terremoto de Turquía y aquella imagen donde solo quedó en pie el Colegio de Ingenieros y todo derruido en rededor.

¿Qué aporta su investigación a toda esta problemática?

Trabajamos a caballo entre la ciencia básica y aplicada para que haya una transferencia directa a la sociedad en un plazo razonable. Estamos involucrados en dos proyectos europeos dentro del Programa Marie Curie en este sentido (denominados NewFrac y Diagonal). La innovación y la transformación no es otra cosa que el estudio y la investigación de fenómenos cotidianos, el porqué de las cosas, y hacerlo mejor. Crecer como sociedad, generar avances científicos y técnicos. Esa es nuestra propuesta de valor.

De todas formas, ¿la apuesta por la investigación y los investigadores deja que desear?

Una sociedad que no investiga no es competitiva. Se ha avanzado mucho, pero la ciencia no es desafortunadamente una política de Estado. A España como país, y Andalucía como región le falta el último paso para que el talento no se diluya y se vaya a otro sitio. Hay que ser conscientes de que la fuga de cerebros es síntoma de fracaso como sociedad.

Otro aspecto en lo que usted incide es en la divulgación científica.

Hay propuestas de éxito como la Noche de los Investigadores o la «Olimpiada de Caminos», pero hay que ser más ambiciosos. Hay que abrir la ciencia a la sociedad. Igual de importante es generar el conocimiento, transferir ese conocimiento y su diseminación.

Por último, ¿qué le recomienda a quien quiera acercarse al mundo de la ciencia y no salir espantado?

Que no tengan miedo. Investigar implica diferentes valores como compromiso, ilusión y esfuerzo. Y luego tener la dedicación necesaria, pulir el talento que llevamos dentro. En el plano personal, es importante trabajar para erradicar el estigma del fracaso. Si fallas es porque lo has intentado y de ese aprendizaje y conocimiento del error nacen las grandes oportunidades. Pero sin dudarlo, es una profesión muy gratificante.