Sociedad

De refugiado sirio en Países Bajos a peluquero de las 'celebrities' en Marbella

Maher Mansour abre un nuevo salón en la ciudad malagueña y reconstruye un sueño que la guerra le arrebató hace diez años

El peluquero sirio Maher Mansour durante una sesión de fotos en el nuevo salón de Marbella
El peluquero sirio Maher Mansour durante una sesión de fotos en el nuevo salón de MarbellaLa Razón

La vida de Maher Mansour es una mezcla de destino, amor y superación. El destino lo ha llevado a Marbella, lugar del que se enamoró por primera vez cuando la pisó hace diez años, tras una larga trayectoria de éxitos y una etapa marcada por la guerra de Siria, una huida al límite y su conversión a refugiado en Europa. “Un día estás en lo más alto y al otro lo pierdes todo”, confiesa Maher, el estilista de las celebrities que –literalmente– al huir de Siria en 2013 abandonó en cuestión de horas gran parte de su vida, el éxito cosechado en este país como peluquero de las personas más influyentes y sus sueños de futuro. Por aquel entonces había alcanzado los niveles más altos de peluquería en Siria con una reputación épica. Tenía dos salones, un equipo de 20 personas y aparecía en televisión y revistas como el peluquero de las estrellas. Pero, en un segundo, “los sueños y la visión de futuro se desvanecieron para empezar de cero”, insiste el peluquero.

Desde Occidente, a veces queda lejos la situación real por la que pasan millones de personas cada día en países que están en guerra. El miedo es una de las consecuencias más directas e inciertas que experimenta la sociedad civil de estos territorios. Un sentimiento que, cuando llega al límite, solo activa el instinto de supervivencia. Así le ocurrió a Maher que, cuando estalló el conflicto a nivel político, aprovechó que tenía que ir a Francia para quedarse seis meses y ver cómo avanzaba la situación. Aun así, decidió volver, pero la realidad sacudió su vida de nuevo. “El día que decidí abandonar el país estaba en mi salón –la peluquería– preparando a una novia para su boda cuando se inició un tiroteo en la puerta y seis personas murieron a escasos metros de donde estábamos”, recuerda emocionado el estilista sirio. Acto seguido, cerró la puerta y se fue.

En este momento, mediados de 2013, Maher, cómo otros miles de personas, huyó en busca de un lugar seguro y con un futuro –cuanto menos– incierto. De renombre internacional, el peluquero sirio era conocido en buena parte de Europa, pero en esta ocasión entró como refugiado. Su primera parada fue un pueblo pequeño de Países Bajos, “lejos de la ciudad, sin comunicación y con pocas oportunidades”, un “lugar seguro”, explica, pero “muy difícil” de llevar para él respecto al estilo de vida al que estaba acostumbrado antes y porque ni siquiera conocía el idioma. “Aunque todo estaba muy bien organizado con los refugiados y he sido bienvenido, me pusieron en un sitio elegido por otros, donde no quería”, reflexiona Maher sobre todo el proceso que tienen que pasar los refugiados. Además, asegura que lo más frustrante fue no poder trabajar. Se autodefine como una persona “con alma de peluquero” y con una vocación que viene de serie, pero su estatus de refugiado –sin todos los papeles– no le permitía ejercer. No obstante, quizá por su don con el cabello y su fuerza de voluntad, otros confiaron en él y le dieron trabajo –aunque sin contrato– durante este tiempo. Más que una cuestión económica, poder trabajar era para Maher una “forma de sobrevivir y sobrellevar” todo lo que estaba ocurriendo.

Como toda buena historia –sin olvidar aquellas que aún no se han resuelto, las que no acabaron bien y el drama que viven millones de personas en todo el mundo–, un cambio de guion llegó para transformarlo todo. En menos de ocho meses había comenzado su propio negocio, abriendo un pequeño salón en Utrecht, expandiéndose a un local más grande e inaugurando un segundo salón en menos de dos años. Formó un equipo de peluqueros masculinos, llevando a muchos de su equipo de Damasco con él. Rápidamente, su reputación creció en su nuevo país y Maher se convirtió otra vez en el peluquero de las celebrities y de las personas más influyentes. Por su salón han pasado actrices, cantantes, empresarios y personalidades de varias casas reales. La princesa de Kuwait, la cantante y actriz Malka, la conocida colaboradora de la televión alemana Jana María Herz, las actrices Lotte Verbeek, Sulafa Memar, Kinda Hanna, Heba Nour, Jenny Esber, Nadine Nassib Njeim y Hala Yamani, las cantantes Ahlam Alshamsi y Bessan Ismail, la cantante y DJ Robin Roxette, la DJ Kelly Ross, la diseñadora de moda Laila Aziz, la personalidad de televisión y emprendedora Melany Slief, la empresaria y coach Naima Amdaouech, la YouTuber Selma Omari, la modelo e influencer Danique Hogguer, entre otras.

La directora de operaciones del salón, Mariya Denisova, y Maher Mansour, posan en el nuevo salón de Marbella
La directora de operaciones del salón, Mariya Denisova, y Maher Mansour, posan en el nuevo salón de MarbellaLa Razón

Su perfil de Instagram acumula casi 22.000 seguidores y su fama no para de crecer porque Maher, la directora de operaciones del salón, Mariya Denisova, y su equipo trabajan “fuera de las reglas” con un concepto de personalización que ha sido el que marcado su trayectoria y reputación. “Nuestra mejor referencia son todas las clientas que nos dicen que nunca se habían sentido mejor con ellas mismas”, asegura el peluquero. Ello se debe, según indica, a que siente inmediatamente “una conexión con las clientas que me permite saber qué es exactamente lo que quieren, aunque ellas no lo sepan” y a las avanzadas técnicas que utilizan en el salón.

Una década después, Maher y su familia seguían buscando nuevas oportunidades de expansión. En la lista estaban Mónaco, Dubái o Miami, pero ganó Marbella, el epicentro del lujo internacional más importante de España. “Cuando pusimos un pie en Málaga y condujimos hacia Marbella, nos enamoramos al instante. Es un tipo de energía que nada tiene que ver con otros lugares y que no podemos definir”, admiten desde el Salón Maher. Desde mayo cuentan con una nueva sede en el centro de la ciudad con un equipo que habla inglés, árabe, neerlandés y ruso, por lo que su carácter es, como la ciudad del lujo, totalmente internacional y enfocado en la atracción de grandes estrellas.