
Tribuna
El mito del buen salvaje
"Muchos de estos menores tienen una familia extensa en nuestro país que hay que involucrar"

El mito del «buen salvaje» es un concepto filosófico y literario que se originó en el siglo XVIII y se asocia principalmente con el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau. Este mito idealiza a los seres humanos en su estado natural, antes de ser corrompidos por la civilización. En este mito muchos críticos argumentan que la idealización de los pueblos indígenas y las sociedades no occidentales es una forma de paternalismo y simplificación excesiva.
Esta idea del mito del buen salvaje ha tenido un impacto duradero en el pensamiento político y social. Las ideas de Rousseau sobre la bondad innata de la humanidad y la corrupción de la civilización han influido en movimientos políticos y sociales, desde el romanticismo hasta el anarquismo y el ecologismo. Estas ideas también han sido fundamentales en debates sobre la naturaleza humana, la justicia social y la reforma política.
Pues bien, cuando se habla de los menores migrantes no acompañados vemos que uno de los argumentos que se esgrimen para su acogida en España es el interés superior del menor, que pasa, parecer ser, indefectiblemente por su acogida en los centros de menores de nuestro país.
Curiosamente el espíritu de la ley por la que se rigen los centros de protección de menores es ese, el interés superior del menor, un interés que pasa por el estudio de la situación de desprotección y donde la familia es el eje fundamental.
Muchos de los menores no extranjeros, quizás menos «salvajes» que los menores migrantes y que sus propios países, vuelven con sus familias, o al menos con su familia extensa antes de la última solución; la institucionalización dentro de un centro de protección de menores donde tiene, si me permiten la expresión, pues 8 o 9 papás o mamás diferentes.
Efectivamente, dentro del mismo sistema de protección se dan dos formas de actuar completamente diferentes. Una, la del menor autóctono al que se le buscan posibilidades siempre mejores que la institucionalización incluida la vuelta a su familia, y otra, el buen «salvaje» que viene de un país supuestamente menos desarrollado y que por lo tanto hay que atender en todas las circunstancias solo desde los centros.
Como vemos un interés que no parece ser el mismo según la nacionalidad del sujeto, aunque el sistema que lo atiende no atiende, valga la redundancia, a banderas ni nacionalidades. El interés superior de todos los menores migrantes no acompañados no puede ser la institucionalización obligatoria porque eso sería dar la misma solución a todos. O lo que es lo mismo, no atender al principio del estudio pormenorizado de cada situación y por tanto de cada solución.
Ustedes me dirán es que a estos menores si hay una cosa que les une y es que son localizados en un territorio diferente a donde se encuentran sus familias. Y sí, eso efectivamente es cierto, pero no del todo. Muchos de estos menores tienen una familia extensa en nuestro país que hay que involucrar, y si no la tienen, hay que poner en marcha mecanismos para saber si que familia en origen esté asentada y no cupla los parámetros para que nosotros, parece ser que el pueblo civilizador, retire su la guarda y tutela de sus propios padres.
Perdonen, pero no, no todos los niños son iguales ni su interés es el mismo, así que pongamos a trabajar a nuestra Policía Local para que encuentre a la familia extensa o en su defecto al Ministerio de Exteriores y a nuestras agencias de cooperación internacional para dar una solución de verdad individual a estos niños.
Pero, sobre todo, vamos a empezar a tratar a los países emisores como lo que son, países independientes, completamente autónomos y con las mismas capacidades que nosotros. Tratarlos de igual a igual y sin paternalismo es lo que nos abrirá verdaderamente una relación de entendimiento con ellos.
Piénselo, seguro que en términos económicos también nos salen las cuentas ya que no podemos ir a un sistema infinito de ampliación de recursos para seguir almacenándolos. Si somos capaces de organizar un mundial juntos, debemos ser capaces también juntos de organizar algún sistema para dar la mejor solución individualizada a cada uno de estos menores.
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