Cultura

Tras la pista de Tartessos

Medina-Sidonia prevé iniciar en breve una excavación arqueológica en el lugar que el investigador Alberto Porlan señaló hace siete años como posible ubicación de la mítica capital

Imagen aérea tomada por el Instituto Geográfico Nacional en el año 2000 sobre la que un rectángulo señala el área prospectada de la isla fluvial del río Álamo. El canal descubierto es parte de las sombras que se aprecian en la fotografía, tanto a la derecha de ese rectángulo como fuera de él. El Ayuntamiento de Medina Sidonia (Cádiz) prevé efectuar una excavación arqueológica, siguiendo la tesis del investigador Alberto Porlan que ubica Tartessos en ese lugar
Imagen aérea tomada por el Instituto Geográfico Nacional en el año 2000 sobre la que un rectángulo señala el área prospectada de la isla fluvial del río Álamo. El canal descubierto es parte de las sombras que se aprecian en la fotografía, tanto a la derecha de ese rectángulo como fuera de él. El Ayuntamiento de Medina Sidonia (Cádiz) prevé efectuar una excavación arqueológica, siguiendo la tesis del investigador Alberto Porlan que ubica Tartessos en ese lugarEFE/Alberto Porlan

El Ayuntamiento de Medina-Sidonia (Cádiz) prevé iniciar en breve una excavación arqueológica en su término municipal, en el lugar que el investigador Alberto Porlan señaló hace siete años como posible ubicación de la mítica capital de Tartessos y donde una prospección de georradar ha detectado dos grandes estructuras sepultadas. El alcalde de Medina-Sidonia; Manuel Macías, ha dicho a EFE que antes de culminar su mandato en mayo espera contar con todos los permisos para iniciar esta excavación en la finca "Las Peñuelas", a tres kilómetros de Benalup (antigua Casas Viejas), que dirigirá por el arqueólogo Ernesto Rangel.

Rangel ha señalado el interés que tendrá esa excavación porque ya se cuenta con "sondeos diagnósticos que señalan la existencia de un canal, que no es natural" y con fotografías aéreas y de satélite que muestran la existencia de estructuras cuadrangulares, si bien ese tipo de fotografías no refleja todo lo que pueda haber sepultado. Ese canal tiene una anchura de 24 metros y una profundidad de tres, unas dimensiones desmesuradas para que pudiera tratarse de una conexión entre los dos brazos del río del Álamo que delimitan la isla fluvial, ya que es mucho más ancho y profundo que los cauces que hubiera conectado, ha señalado Alberto Porlan, quien en 2016 publicó el estudio "Tartessos. Un nuevo paradigma", en el que ubicaba esta mítica ciudad justo en esa zona.

Porlan ha asegurado que "el segmento de canal, con ser enorme, forma parte de un conjunto mucho más grande" y que uno de los vuelos oficiales del Instituto Geográfico Nacional (IGN) sobre la zona revela un grupo de sombras paralelas y figuras ortogonales cuyas líneas no se cruzan entre sí y que el canal es parte de ese grupo de sombras, y por eso se prospectó.

ESTRUCTURAS DEFENSIVAS

A medio centenar de metros del canal y paralelo al mismo se detectó igualmente una veintena de zanjas paralelas y muy próximas entre sí de 40 centímetros de ancho y dos metros de profundidad que, según la hipótesis de Porlan, especialista en toponimia y autor de la monumental "Los nombres de Europa", tendrían carácter defensivo, ya que están en un terreno llano. Las zanjas, como el canal, están hoy colmatadas por medio metro de sedimentos y lo más extraño es que son tan estrechas que a partir de una cierta profundidad el excavador no cabría en la propia zanja que excavaba a menos que fuese un niño.

Ambos hallazgos fueron efectuados, a instancia del Ayuntamiento de Medina-Sidonia, en 2019 por un equipo de la Universidad de Cádiz (UCA) que empleó georradar, dirigido por el profesor Lázaro Lagostena, quien no ha concedido valor arqueológico al hallazgo de estas estructuras que, en declaraciones a EFE, ha atribuido "a manejo de aguas en un contexto de rivera", el canal, y a actividad agrícola, las zanjas paralelas. El terreno carece de restos cerámicos y no es bueno para prospecciones geofísicas por tratarse de una vega con sedimentos arcillosos, según Lagostena, cuyo equipo no mensuró el canal ni lo dató, al no efectuar excavación.

No obstante, tras el estudio con georradar, la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Carmen del Cerro, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y especialista en canalizaciones antiguas del Golfo Pérsico, emitió un informe para el Ayuntamiento de Medina-Sidonia en el que, en concordancia con la hipótesis de Porlan, señalaba el posible "carácter defensivo" de estas estructuras. El informe de Carmen del Cerro, que señala que ella misma ha excavado canales de dimensiones similares construidos al comienzo del primer milenio antes de Cristo, añadía que la "anomalía" detectada por el estudio geofísico "es tal que debe ser resuelta a través de un estudio directo del terreno", y añade que las estructuras detectadas "en cualquier caso no son fruto de la erosión natural sino una intervención antrópica".

HALLAZGO "EXTRAORDINARIO Y TRASCENDENTAL"

En contra del informe de la UCA, Porlan ha dicho a EFE que el hallazgo "es extraordinario y podría ser trascendental" y que la magnitud de lo descubierto es "pasmosa", porque las dimensiones del canal "lo hacen completamente impensable como vía de trasvase" entre dos cauces menores, de apenas seis metros de ancho. Y Porlan ofrece ejemplos: La anchura del canal detectado es la mitad del Gran Canal de Venecia, y el Canal de Castilla, pensado para el transporte fluvial entre Segovia y Reinosa sólo alcanza en algún tramo 22 metros de ancho máximo, por lo que la obra que ahora es motivo de estudio, según el investigador, sería "completamente absurda desde el punto de vista hidráulico". Lo más curioso de este caso es que no se ha ido del hallazgo de las estructuras sepultadas a la hipótesis de Porlan, sino al revés, es decir, la hipótesis de Porlan, construida sobre las fuentes históricas literarias, ha llevado a la prospección del terreno, a la detección de las estructuras y, en breve, según los planes del Ayuntamiento de Medina Sidonia, a una excavación que aclarará todo científicamente.

Porlan, además, está en contra de las más recientes corrientes de investigación arqueológicas e históricas que niegan la existencia de Tartessos como tal reino y que hubiera poseído una capital política y sostienen que no fue más que una parte de la cultura fenicia. De ahí que cuando hace siete años publicó su "Tartessos. Un nuevo paradigma", reservara para la cubierta de su libro un dibujo de su propia mano que reproduce el perfil de la cabeza de un perro que, al ser inclinado 90 grados, se transforma en el perfil costero de la parte superior del Estrecho de Gibraltar, de modo que el ojo del perro es la antigua laguna de la Janda, donde se ubican las estructuras detectadas por la UCA, en una alusión a la mitología griega y al perro de Gerión, rey de Tartessos al que Hércules le robó su rebaño de toros.

Alfredo Valenzuela