Fauna
Descubre al 'pájaro okupa': llega a España desde África la especie que roba los nidos a otras aves
Este animal tiene una curiosa forma de apropiarse del refugio de otras especies más pequeñas
En la naturaleza, los seres vivos han desarrollado cientos de estrategias diferentes para asegurarse un lugar en el que refugiarse. Algunos, como las almejas y demás moluscos bivalvos, se toman la molestia de construirse su propia guarida. Otros, como los damanes roqueros, simplemente toman como hogar un sitio resguardado en escarpadas piedras, a donde los demás tienen difícil acceso.
Muchos animales, como los seres humanos, los zorros o las arañas que producen seda, trabajan con empeño hasta que son capaces de construirse un refugio. Dependiendo de las capacidades y las necesidades de cada especie, utilizan distintos materiales para levantar edificaciones en las que salvaguardarse de los peligros del mundo exterior.
Si observamos más de cerca el grupo de las aves, veremos cómo existen diferencias muy significativas entre los nidos que fabrican unas y otras especies. Las tan queridas golondrinas, por ejemplo, utilizan principalmente barro, paja, saliva, plumas, pelos y tallos. Las cigüeñas, cuyos nidos pueden pesar entre 200 y 400 kilogramos, pueden llegan a emplear incluso piedras, huesos o alambres que encuentran abandonados.
La especie de la que hablaremos hoy en LA RAZÓN, sin embargo, es un animal que se vale de su astucia para apropiarse de los nidos de otras aves más débiles y de menor tamaño. Se trata de uno uno de los casos más claros de parasitismo del reino animal, por lo que es conocido con el mote de 'pájaro okupa', ya que le roba sus refugios al resto.
Descubre al 'pájaro okupa': vive en España y le roba el nido al resto de aves
Existe una especie de ave, de las más enigmáticas y fascinantes de la Península Ibérica, cuya particular estrategia reproductiva y canto tan característico han inspirado numerosas leyendas y estudios científicos. Se trata del 'cuco común' (Cuculus canorus), una especie migratoria que llega a la Península Ibérica desde África en primavera, generalmente entre marzo y abril, para reproducirse.
Se distribuye por todo el territorio español, desde el nivel del mar hasta altitudes de unos 2.000 metros sobre el nivel del mar. Es especialmente frecuente en bosques caducifolios, pinares abiertos, dehesas y zonas de matorral con árboles dispersos. Comienza a vérsele por esta época, pero entre agosto y septiembre, el cuco emprende su viaje de regreso a África, cruzando el Estrecho de Gibraltar en busca de temperaturas más cálidas y alimento abundante.
El cuco común suele preferir espacios donde haya árboles dispersos y una abundante presencia de aves insectívoras más pequeñas, como currucas y petirrojos. Estas especies cumplen un papel fundamental en la reproducción del cuco, ya que esta ave es un "parásito de cría". Este pájaro tan singular no construye nidos ni cría a sus polluelos.
Las hembras de cuco depositan sus huevos en los nidos de otras aves, eligiendo cuidadosamente los de especies cuyo tamaño y coloración de los huevos sean similares a los suyos. Una vez que el polluelo de cuco nace, suele expulsar los huevos o crías del nido adoptivo, asegurándose así de recibir toda la atención y el alimento de sus padres adoptivos.
Los machos, por otra parte, emiten un característico canto del que se cree que deriva su nombre: "cu-cú". Utilizan sus melodías tanto para marcar su territorio como para atraer a las hembras y reproducirse durante la primavera. Los famosos 'relojes de cuco' basan su sonido precisamente en el que son capaces de producir los machos de esta especie.
El cuco ha inspirado refranes, canciones y leyendas a lo largo de la historia. Su canto ha sido asociado con la llegada de la primavera y, en algunas culturas, con presagios de buena o mala suerte. Además, su comportamiento parasitario ha generado metáforas en el lenguaje cotidiano. El propio diccionario de la RAE (Real Academia Española) recoge varias acepciones de 'cuco', entre las que se encuentra la siguiente: "2. (coloquial) Taimado y astuto, que ante todo mira por su medro o comodidad".