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Un español tiene un toro de mascota en su casa: "Es lo más español que verás hoy"

Esta sorprendente historia ha sorprendido a miles de usuarios en redes sociales

Un español tiene un toro de mascota en su casa: "Es lo más español que verás hoy" Imagen propia

Puede parecer una escena sacada de una parodia costumbrista o de un anuncio publicitario con exceso de tópicos, pero es una historia real: en una finca española, un toro bravo vive como un animal de compañía. No se trata de una metáfora, ni de un juego de palabras: el animal, de más de 300 kilos, se pasea libremente por la casa, se calienta junto a la chimenea en invierno, busca el ventilador cuando hace calor y hasta muestra interés por la televisión cuando se emiten corridas de toros.

El toro se llama Tamariz y su dueño es Chechu, un torero y ganadero que se ha hecho viral tras la publicación de un vídeo en el que cuenta su convivencia con el animal. La escena, grabada por el comunicador Nacho Pla, no deja indiferente: Tamariz aparece como un miembro más del hogar, con acceso libre al salón, la cocina y cualquier rincón de la finca.

Un espectador más en el sofá

“Cuando estamos viendo los toros, parece que lo está mirando”, dice Chechu en el vídeo. “Algunos bromean con que está analizando al rival o que se ha quedado desconvocado de la alineación”, añade entre risas. Pese al tono desenfadado, no deja de ser llamativo ver a un animal criado para la lidia moverse con esa familiaridad por un entorno doméstico.

Pero la convivencia no está exenta de incidentes. Chechu relata que el toro llegó a romper el televisor, y que algunos muebles han sufrido los efectos secundarios de tener a un bóvido de grandes dimensiones como mascota. “Si fuera tranquilo todo el rato no tendría tanta gracia, pero es que se comporta como cualquier toro bravo… salvo cuando estoy yo. Eso es lo que lo hace más único”, explica.

Tamariz tiene también gustos culinarios, según su dueño. “Le gusta la paella, la tortilla de patatas y hasta la tarta. Se la come encantado”, dice Chechu, aunque matiza que estos alimentos no forman parte de su dieta habitual. También parece tener claro cuáles son sus preferencias térmicas: se acerca a la chimenea en invierno y busca el ventilador en verano. En cuanto a su “hábitat”, no hay barreras: recorre toda la finca a su antojo.

El origen de esta peculiar relación se remonta a su nacimiento. Según cuenta Chechu, Tamariz fue rechazado por su madre, una vaca primeriza que no quiso amamantarlo. “Tuve la suerte de estar presente en ese momento. Vi cómo nació, cómo no le quería alimentar, y es crucial que en las primeras horas de vida tomen calostro. Le empecé a dar biberón yo mismo y lo saqué adelante”, narra. De ahí, afirma, surgió un vínculo que no se rompió ni cuando el animal dejó de necesitar cuidados. “Ya independiente, siempre volvía a mí”, añade.

Una imagen inesperada del toro bravo

Aunque el vídeo está envuelto en un tono de admiración y cercanía entre hombre y animal, una de las cosas que más ha llamado la atención es la reacción de quienes lo han visto. Los comentarios en redes sociales oscilan entre el asombro y la crítica: “Lo más español que vi hoy”, escribe un usuario. Otros simplemente no salen de su asombro al ver a un toro bravo junto a una chimenea o comiéndose una ración de paella como si fuera un animal más del salón.

Este tipo de historias también generan cierta controversia. La cuenta del refugio El Cau del Bosc opina lo siguiente en comentarios: “Es un reportaje vergonzoso, a la vez que absurdo. No salgo de mi asombro”, asegura en relación al polarizante mundo de la tauromaquia. La figura del toro de lidia tiene una fuerte carga simbólica y cultural en España, lo que amplifica el eco de un caso tan atípico como el de Tamariz. Sin embargo, más allá de la anécdota, la historia se mueve en un terreno ambiguo.

Mientras tanto, Tamariz sigue paseando por su casa, comiendo paella cuando se le ofrece y, según su dueño, entendiendo perfectamente cuándo empieza una corrida en la televisión. Un retrato tan peculiar como literal de lo que algunos llaman "lo más español que verás hoy", donde lo tradicional y lo extraordinario se mezclan sin previo aviso.