Animales
Estrés y dificultades para dormir: ¿Afecta igual a los perros?
Un estudio revela cómo actúan las preocupaciones en el cuerpo de estas mascotas
Diversos estudios han demostrado como el estrés o nuestras preocupaciones diarias nos afectan a la hora de conciliar el sueño, e incluso pueden llegar a desvelarnos durante la noche. Este tipo de sucesos, que son habituales entre los humanos, derivan en diferentes problemas de salud que pueden llegar a ser un gran inconveniente en nuestro día a día.
Esta manera de sobrellevar las emociones es muy particular de los seres humanos. Ahora, un grupo de investigadores ha querido conocer si los animales de compañía también sufren de este tipo de problemas a la hora de conciliar el sueño. Más concretamente, se ha analizado el comportamiento de los perros: la mascota por excelencia.
¿Cómo afecta el estrés a los perros?
Según los resultados publicados de una investigación de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría), "estos animales (perros) experimentan dificultades para dormir cuando enfrentan preocupaciones, reflejando emociones similares a las nuestras". Además, el estudio señala: "Las situaciones estresantes no solo afectan el comportamiento de los caninos, sino que también alteran significativamente la calidad de su sueño".
Por tanto, teniendo en cuenta este informe, "los perros, igual que nos sucede a los humanos, procesan emocionalmente sus experiencias vitales y el estrés o las preocupaciones de su día a día le influyen directamente en el descanso". Eso sí, la manera de actuar o comportarse ante este tipo de situaciones, de unos y otros, es totalmente opuesta.
"Mientras que el estrés tiende a dificultar la conciliación del sueño en las personas, los perros reaccionan de manera opuesta: se duermen de manera instantánea ante un evento estresante. Este fenómeno podría ser una estrategia de protección para desconectarse de un entorno percibido como hostil. A pesar de ello, el sueño no será tan profundo o reparador como debería y, por tanto, también sufren noches de mal descanso", puntualiza la doctora Anna Kis (autora principal de la investigación).
Resultados más significativos
Las conclusiones de la investigación nos muestran que "los perros que habían tenido días estresantes pasaron menos tiempo (20 minutos) en fases esenciales del sueño, como el sueño profundo y REM, en comparación con aquellos que vivieron interacciones positivas. Esta cuestión afecta directamente a la salud y el bienestar del animal".
Además, la doctora avisa: "Aunque una noche de mal descanso no representa un problema grave, una falta de sueño de calidad prolongada puede tener efectos negativos en su bienestar. Entre los riesgos se incluyen una menor capacidad para consolidar recuerdos, dificultades para gestionar emociones y cambios en el comportamiento, como un aumento en la agresividad o una disminución en la capacidad para realizar tareas específicas".
Metodología del estudio
Por otro lado, es importante resaltar cuál fue la metodología utilizada para llevar a cabo esta investigación. Según aparece en el documento, "el experimento involucró a 16 perros de diferentes razas, que fueron divididos en dos grupos: uno vivió situaciones positivas (actividades recreativas con los dueños) y el otro negativas (atados y sin contacto visual ni verbal) antes de dormir".
Gracias a estas acciones o experiencias, los profesionales pudieron monitorizar la actividad cerebral de los perros mediante electroencefalogramas durante un periodo de tres horas del sueño del animal. "Los perros sometidos a estrés se durmieron en aproximadamente 10 minutos, mientras que los del grupo positivo tardaron unos 20 minutos en conciliar el sueño y, además, comprobamos que la calidad del descanso fue distinta (10 minutos más de sueño profundo para los perros sin estrés)", concluye el estudio.