Desastre
Tarazona estudia pedir la declaración de zona catastrófica por las consecuencias de la DANA
Una tormenta con granizo arrasa miles de hectáreas de cereal y frutales en la localidad zaragozana, frustrando las esperanzas de una cosecha histórica tras años de sequía.
El campo aragonés afronta un nuevo revés tras el paso de una fuerte DANA que ha arruinado buena parte de las cosechas que prometían ser excepcionales este año. El concejal de Protección Civil y Seguridad Ciudadana, Diego Cobos, ha explicado que, pese a la intensa labor de hasta 16 bomberos durante toda la noche para achicar agua de bajos, garajes y locales comerciales, el mayor impacto de la tormenta se ha producido en el campo. En apenas veinte minutos, una fuerte granizada con piedras del tamaño de monedas de euro arrasó cientos de hectáreas de cereal, causando daños irreparables. Tanto Cobos como el alcalde Tono Jaray han confirmado que evaluarán solicitar la declaración de zona catastrófica para facilitar ayudas y compensaciones.
El alcalde de Tarazona resaltó la rapidez con la que las diferentes instituciones se movilizaron para hacer frente a la emergencia. Explicó que en apenas diez minutos, incluso antes de contar con imágenes claras del desastre, ya estaban coordinados con los equipos de Emergencias y se habían activado los recursos desde Zaragoza. No obstante, reconoció que la velocidad e intensidad con que se formó la tromba de agua tomó por sorpresa a todos, dificultando la respuesta inmediata.
La frustración se palpa entre los agricultores, que confiaban en un año excepcional tras dos temporadas marcadas por la sequía. Según ha explicado Cobos al diario ABC, el granizo ha destruido prácticamente toda la cosecha de trigo y cebada, que ya estaba a mitad de recogida, además de devastar cientos de árboles frutales justo cuando se preparaban para la campaña de maíz. Este nuevo golpe meteorológico amenaza seriamente la recuperación del sector agrícola en la comarca.
El temporal obligó a trabajar toda la noche a bomberos de Zaragoza, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y voluntarios de Protección Civil. La situación más crítica se vivió en Grisén, que soportó más de 140 litros por metro cuadrado en pocas horas, y también en municipios como Aranda de Moncayo, Figueruelas, Pedrola o Bárboles. La UME reforzó su presencia el sábado por la mañana, desplazando a más militares hacia la Ribera Alta del Ebro, mientras responsables políticos como la ministra portavoz Pilar Alegría y el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán, se desplazaban a la zona para conocer de primera mano los daños. Por precaución, se advirtió también a los campamentos escolares del Pirineo aragonés, especialmente en el Valle de Tena, aunque sin incidencias graves.
Las lluvias causaron cortes de luz que afectaron a más de 600 usuarios en pueblos como Pradilla del Ebro y Boquiñeni, además de forzar el cierre de la carretera A-122 por gigantescas balsas de agua. En una de ellas quedaron atrapados dos coches y un camión, aunque afortunadamente todos los ocupantes fueron rescatados sin daños. A todo esto se sumó el aviso del sistema Es-Alert, que lanzó por primera vez un mensaje de peligro extremo en la zona, manteniendo en vilo a los vecinos hasta que la alerta pasó a Cataluña tras remitir el temporal en Aragón.