Consumo
Los suplementos alimenticios se hacen hueco en la pirámide
Las nuevas Guías Alimentarias los incluyen entre sus recomendaciones, pero eso sí, en caso de carencias nutricionales y siempre bajo supervisión de un profesional de la salud
Las nuevas Guías Alimentarias los incluyen entre sus recomendaciones, pero eso sí, en caso de carencias nutricionales y siempre bajo supervisión de un profesional de la salud
Para situaciones carenciales de determinados nutrientes, para mejorar el rendimiento, ante situaciones puntuales... el uso de los suplementos nutricionales está a la orden del día. Tanto es así que hasta las nuevas Guías Alimentarias han querido, por vez primera, incluirlos en la pirámide de la alimentación saludable. Elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), con su incorporación se ha querido normalizar esta realidad pero, eso sí, puntualizando que su uso siempre se debe establecer bajo el consejo dietético de un profesional de la salud y bajo una pauta individualizada.
«Sin asesoramiento pueden causar problemas en determinados momentos y también pueden interaccionar con tratamientos médico. Por eso hay que consultar siempre con un profesional antes de consumirlos», asegura Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la SENC y coordinador del Grupo Colaborativo de las Guías Alimentarias. Porque los suplementos, continúa, están indicados si hay carencias alimentarias, «si alguien no le gusta un tipo de alimento como el pescado, tiene algún tipo de patología o no absorbe algún nutriente».
La SENC pone especial atención en la vitamina D. Fundamental para la salud ósea y en las enfermedades cognitivas o degenerativas, su suplementación puede ser necesaria en recién nacidos y ancianos. Sin embargo, asegura Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de la Nutrición y coautor del documento, «existe cierta alarma en el ámbito sanitario, no sólo porque el 80% de las personas mayores tiene déficit de esta vitamina, sino porque también se está viendo esta carencia entre los jóvenes».
Vitamina D
El principal problema en el déficit de vitamina D es que se encuentra en muy pocos alimentos, y en los que lo hace son potencialmente grasos. Pero, como apunta Varela, «con 20 minutos de exposición solar diarios en jóvenes, y de 30 a 40 en adultos, cubriríamos la necesidad de vitamina D». Por ello Aranceta propone establecer «un consenso entre nutricionistas y dermatólogos» en el que se establezcan las pautas saludables en este sentido.
Otra posible solución que plantean los expertos pasa por añadirla en los alimentos como ya se hace, de hecho, en algunos países europeos con pocas horas de luz solar. Allí «la fortificación de determinados alimentos es obligatoria y sería interesante aquí también para paliar este déficit», especialmente en las épocas del año en las que la incidencia del sol lo haga más necesario, asegura Varela.
Una última medida que contribuiría a diagnosticar situaciones de carencia sería «que se incluya su medición en las revisiones y analíticas de forma rutinaria», concluye el experto.
Solidaria, justa y sostenible
Elaboradas por la SENC en colaboración con más de cien expertos en alimentación y salud pública, las nuevas Guías Alimentarias –en las que se incluye la nueva pirámide de la alimentación saludable– suponen una actualización de la edición de 2001 e incorpora las recomendaciones más actuales desde el punto de vista técnico respaldadas por la mejor evidencia científica disponible. Otro aspecto novedoso es el interés por transmitir a la población la necesidad de llevar una dieta saludable pero también solidaria, justa y sostenible desde el punto de vista social y medioambiental, que respete las prácticas éticas en la agricultura, la ganadería y la pesca, y en la que prevalezcan los productos de temporada de cercanía.
También se anima a dedicar el tiempo suficiente a la compra y a valorar la información del etiquetado nutricional.
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