Investigación científica
¿Por qué no podemos parar de comer?
Descubierta una enzima que indica al cerebro cuándo estamos saciados.
Descubierta una enzima que indica al cerebro cuándo estamos saciados.
Una hormona recién descubierta en ratones podría ser la llave para entender por qué unos seres humanos comemos más que otros, nos saciamos más tarde, no podemos dejar de picar y tendemos con más facilidad a la obesidad. En concreto, científicos del departamento de neurociencias de la Universidad Johns Hopkins han identificado una enzima que regula desde el cerebro cuándo hay que parar de comer. Si se confirma que esta sustancia hallada en ratones también juega un papel similar en humanos podría tratarse de una candidata a nueva terapia contra la obesidad. El hallazgo lo detalla la revista «Science».
Cada vez que esta enzima se activa y lanza una señal a las neuronas, los ratones de laboratorio dejan de comer. Es como si la sustancia tomara la decisión de cuándo se está saciado. El nombre de esta molécula es O-GIcNac transferasa (OGT) y se sabe que interactúa con la insulina (la hormona que ayuda a procesar los hidratos de carbono). Los investigadores han sido capaces de de «apagar» la hormona OGT en neuronas de ratones maduros y observar las consecuencias de este apagón en el desarrollo de la actividad neuronal y en la alimentación. En menos de tres semanas, los resultados de esta intervención fueron evidentes. Los ratones a los que se había bloqueado la OGT aumentaron el consumo de comida dramáticamente, su grasa corporal se multiplicó por tres y comieron casi el doble de porciones de comida. Además, incluso cuando se dio a todos los ratones la misma cantidad de alimento, los que habían sido manipulados engordaron más.
La clave de esta sustancia está en el modo en el que interviene en ciertas funciones metabólicas. La OGT es conocida porque altera la química de la glucosa a través de la insulina. En concreto, añade una molécula (N-aceltilglucosamina) a las proteínas que ingerimos.
Más calorías
Cuando se borra el gen responsable de la producción de OGT en las células nerviosas primarias del hipocampo y del córtex cerebral se interviene directamente en su función metabólica. Pero también se observa un curioso cambio de comportamiento en lo roedores. Por ejemplo, aun cuando se enfrenten a la misma cantidad de comida, los ratones manipulados están más tiempo sobre el alimento, y extraen más calorías de él.
Es como si la hormona indicara cuándo nos sentimos satisfechos, dijera al cuerpo que ya no necesita comer más.
Pero lo más interesante del descubrimiento es la relación de esta hormona con la glucosa. La glucosa es necesaria para producir OGT. De hecho, si se añadía glucosa al plato de ensayo donde se estudiaban las muestras, aumentaba la actividad de la hormona.
Es decir, es posible que estemos ante un primer paso para comprender el intrincado mecanismo cerebral que nos hace sentirnos saciados. Y cómo comer determinados alimentos, como aquellos ricos en azúcar, puede interferir en nuestra sensación de saciedad.
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