Psiquiatría
Asomarse al alzheimer antes de que llegue
Un estudio detecta alteraciones cerebrales en personas sanas con riesgo de sufrir esta enfermedad
Investigadores del Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC), de la Fundación Pasqual Maragall e impulsados por la Fundación Bancaria La Caixa, han detectado alteraciones cerebrales en personas sanas que tienen un riesgo más alto de sufrir Alzheimer por ser portadoras del gen Apoe-e4, en el marco de un estudio pionero a nivel internacional.
Se trata del estudio mundial más grande de neuroimagen en personas sanas portadoras del citado gen, que confiere el riesgo más elevado de sufrir la enfermedad degenerativa, y lo publica este miércoles la revista ‘Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association’.
La investigación partió de la genotipación de 2.743 personas voluntarias del Estudio Alfa de entre 45 y 76 años, y acabó por seleccionar a 533 participantes que se habían sometido a una resonancia magnética cerebral: 261 no eran portadores del alelo e4, 207 tenían una copia del alelo e4 y 65 eran portadores de dos copias.
Las cifras convierten el estudio de neuroimagen en la muestra más grande analizada en el mundo con personas homozigóticas, es decir con dos copias del alelo e4 del gen Apoe, ha explicado el líder del trabajo, Juan Domingo Gispert.
La aportación del estudio radica en su capacidad de arrojar luz sobre «cambios estructurales que acontecen años antes de que aparezca la enfermedad y que favorecen su génesis», y que están estrechamente vinculados con la número de alelos e4 del gen Apoe en personas sanas.
En concreto, ha detectado que el número de alelos e4 del citado gen determina de forma proporcional un volumen más pequeño de sustancia gris en áreas cerebrales como el hipocampo, donde empieza la neurodegeneración en el Alzheimer.
También han descubierto que la sustancia gris del tálamo, el lóbulo occipital y el córtex derecho frontal es más grande, por estar más inflamado, lo que podría estar determinado por mecanismos neuroinflamatorios asociados a la acumulación de placas de proteína betaamiloide, que tiene lugar en los primeros estadios.
«Que tengan esta morfología cerebral no implica que vayan a tener Alzheimer», ha resaltado el líder de la investigación, en la que también ha participado el jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer del Idibell, Manel Esteller.
«Lo que ahora estamos intentando es entender el rol de estos factores de riesgo en personas sanas. Esto nos permitirá diseñar ensayos clínicos muy bien dirigidos a eliminar estos factores, y entender todos los cambios que se producen», ha remarcado el director científico del BBCR, José Luis Molinuevo.
Este estudio supone «el inicio de una carrera de fondo», que se enmarca en sentar las bases para tejer una estrategia preventiva de una enfermedad que supone un reto mayúsculo, ha resaltado el director corporativo de Investigación y Estrategia de la Fundación Bancaria La Caixa, Àngel Font.
Para Molinuevo, representa el inicio de una serie de artículos que permitirán entender aspectos fundamentales de la fisiopatología de la devastadora enfermedad «desde sus fases más tempranas» a través de una cohorte de personas sanas, de las cuales el 50% tienen casos de Alzheimer en el ámbito familiar.
De todas formas, los investigadores han insisitido en que no se trata de una enfermedad hereditaria, puesto que solo lo es en un 1% de los casos, y han atribuido el desarrollo de la dolencia a un cúmulo de factores de riesgo que en un tercio de los casos se puede evitar con estilos de vida saludables y hábitos físicos e intelectuales mantenidos.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa sin curación, caracterizada por una larga fase preclínica asintomática que empieza hasta 20 años antes de la manifestación de las primeras pérdidas de memoria.
Se calcula que en España afecta a 800.000 personas, y que en todo el mundo a más de 46 millones de personas que sufren demencia, en la mayor parte de los casos causada por el Alzheimer. EP
✕
Accede a tu cuenta para comentar