Barcelona

Los peligros del cigarrillo electrónico

Los cigarrillos electrónicos aumentan el riesgo de adicción a la nicotina y al consumo del tabaco convencional, según ha denunciado hoy la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). “Consumir cigarrillos electrónicos supone un menor gasto económico que el derivado de los cigarrillos convencionales. Este factor, sumado con el fuerte crecimiento y promoción de estos productos, se está traduciendo en un incremento notable del consumo entre adolescentes que nunca habían fumado”, ha afirmado la neumóloga Neus Altet, miembro del Área de Tabaquismo de la SEPAR.

“Esto indica que, sin una adecuada regularización, los cigarrillos electrónicos podrían ser una puerta de entrada a la adicción a la nicotina y al uso posterior de cigarrillos convencionales”, ha añadido la especialista.

Según la SEPAR, en España la edad en la que los jóvenes empiezan a fumar es alrededor de los 13,5 años: a los 13 años se prueba por primera vez los cigarrillos, a los 14 se fuma diariamente, y entre los 18 y 20 años es dónde se encuentra la mayor franja de fumadores (33,7 %).

“Al empezar tan pronto se multiplican las posibilidades de desarrollar algún tipo de enfermedad respiratoria crónica, tumor o complicación cardiovascular cuando estos sean adultos”, ha advertido la neumóloga, que se ha mostrado partidaria de prohibir la venta de cigarrillos electrónicos a menores de 18 años y su publicidad.

“Esta prohibición tendría como único objetivo proteger a los menores y adolescentes de posibles daños derivados del inicio al hábito tabáquico”, ha dicho Altet.

Según la doctora, los cigarrillos electrónicos contienen sustancias que, no sólo a un corto plazo producen alteraciones de las vías respiratorias, sino que como su utilización es relativamente reciente se desconoce su efecto a largo plazo.

Las empresas fabricantes no informan fidedignamente de sus contenidos. Todavía no se conoce con seguridad la totalidad del contenido de estos productos y cual es su efecto cuando son inhalados. No se ha demostrado que su uso sea seguro, especialmente a largo plazo, ni se conocen los detalles de los potenciales efectos sobre las personas no usuarias que también están expuestas al vapor”, según Altet.

La nicotina es una sustancia adictiva que puede ser tóxica por contacto directo con la piel o que puede ser mortal si se ingiere una dosis de sólo 6 miligramos, por lo que, según la SEPAR, estos productos pueden producir efectos tóxicos si su utilización no se realiza según las instrucciones del aparato.

“Otro factor preocupante es que si por descuido de sus padres un niño coge un cartucho, si este se pone en contacto con el líquido que contiene existe un riesgo elevado de muerte”, ha dicho Altet.

“Estas son algunas de las razones por las que es necesaria una adecuada legislación que regule la fabricación y los mecanismos de seguridad de estos productos”, ha concluido Altet.