Ingeniería
Drones para vigilar las alcantarillas
Los vehículos no tripulados se están convirtiendo en los mejores patrulleros de depósitos o calderas industriales
Los vehículos no tripulados se están convirtiendo en los mejores patrulleros de depósitos o calderas industriales
Cuando se habla de drones es fácil imaginarlos en trabajos de altura, pero lo cierto es que las posibilidades que ofrecen son mucho mayores. La compañía Suez Water Spain los ha probado y está trabajando con ellos en varios proyectos de vigilancia de espacios confinados como redes de saneamiento o depósitos de agua potable. Y eso con las dificultades añadidas que entraña este tipo de ambientes. «Hay humedad, oscuridad, problemas con la transmisión por radio, hay que estudiar cómo tienen que entrar y salir de los pozos, por dónde tienen que ir para que no se choquen», explica Peter Kövessi, Socio de Innovación de Suez.
Los equipos que se usan no miden más que 500 mm de diámetro para poder circular a través de tapas y pozos de alcantarillado. Disponen de una autonomía de 10 minutos y además, cuentan con un sistema de transmisión de señal que les permite alejarse hasta a 200 m bajo tierra. Un sistema de iluminación LED, una cámara Full-HD y una infrarroja facilitan la detección de anomalías.
Los servicios que se han probado hasta ahora multiplican los usos aéreos de estos aparatos. Desde 2016 cuando se terminó de desarrollar el prototipo que ya se encuentra en operación, se han monitorizado tuberías de agua, galerías soterradas de telecomunicaciones, cajones pluviales, calderas industriales, puentes y tejados de fábricas.
Gracias a ellos se evita que los operarios trabajen en condiciones que pueden poner en riesgo su integridad física, mientras aumenta la calidad de información y mejora el mantenimiento de las instalaciones.
Entre las actuaciones más relevantes llevadas a cabo este año destaca el patrullado de la depuradora de Maqua y una galería que atraviesa la ría de Avilés. Una operación que realizaba hasta ahora un operario que bajaba hasta 30 metros de profundidad y que gracias al uso de drones ahora se puede llevar a cabo en sólo diez minutos. «El caso más emblemático es el ocurrido en Badalona. Una tormenta muy fuerte rompió el colector de aguas residuales; se rajó un tramo de 90-100 metros. Para cerrar cuanto antes la abertura se decidió hacer un baipás pero para asegurarse de que se estaba reparando bien y que se sellaban los posibles vertidos al mar se fue mirando por dentro gracias a un dron que se introdujo por un alcantarillado de 60 cm y que fue tomando imágenes del proceso. Una vez se concluyó este baipás se volvió a revisar la obra para realizar posteriormente la reconstrucción definitiva», detalla Kövisse.
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