Cambios climáticos
Ruta del Sol y COP-23
El pasado miércoles 13, tuve ocasión de participar en el arranque de la primera etapa de la «Ruta del Sol», de los amigos fotovoltaicos de Anpier, por toda España. Y lo hice refiriéndome a una serie de temas que van a estudiarse en la COP-23: recuerden, Conferencia de las Partes, en inglés, del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y también del Acuerdo de París de 2015. Que se reunirán en Bonn, entre los días 6 y 17 de noviembre, y en la ocasión será presidente el Jefe de Gobierno de las Islas Fiji, en el Océano Pacífico. Un caso paradigmático de territorio insular amenazado de verse cubierto enteramente por las aguas del mar, como consecuencia del calentamiento global.
En la COP-23 van a estudiarse temas importantes, como la línea de la financiación de la lucha para la preservación del planeta, sobre todo en el caso de los países más vulnerables. Entre los cuales se encuentran Senegal y Bangladesh, que desaparecerían virtualmente, con una elevación de las aguas marinas de tres o cuatro metros. Y además, se analizarán mejor las conexiones entre el cambio climático y la salud de los grandes ecosistemas: océanos, bosques tropicales, y regiones polares. Con la previsión, también, de ocuparse de la cobertura de riesgos por desastres climáticos, como los recientes de Houston en Texas, y del Caribe y Florida.
En ese contexto, lo más esperanzador es saber que la COP-23 será apoyada en sus progresos para la conservación de Gaia, por grandes empresas, incluso petroleras, que no han dudado en enfrentarse al presidente Trump en EE.UU. Además de Ligas de alcaldes de ciudades inteligentes, y de empresarios de alto nivel, del tipo del conjunto ya legendario GAFA: G de Google, A de Apple, F de Facebook, y A de Amazon.
Los esfuerzos en curso merecen la pena si queremos conservar el «leve punto azul» que es la Tierra en el Universo.
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