Vida cotidiana
Cómo tu smartphone está arruinando vuestra relación
He leído este titular en la edición digital de la revista TIME y lo cierto es que, por un lado me ha despertado mucha curiosidad y por el otro un poco de irritabilidad
He leído este titular en la edición digital de la revista TIME y lo cierto es que, por un lado me ha despertado mucha curiosidad y por el otro un poco de irritabilidad porque, ¿en serio alguien puede estar celoso del teléfono de su pareja, tal y como describe este artículo? Pues según un reciente estudio, sí. Veamos.
Existen muchísimas investigaciones sobre cómo los teléfonos móviles afectan a las relaciones. Algunos sugieren que son una influencia positiva –facilitan el hecho de estar en contacto fácil y de forma íntima con nuestra pareja a través de llamadas y mensajes de texto- o hace que nos sintamos más felices y más seguros en nuestras relaciones. Pero por otro lado, otra investigación acaba de revelar el lado más oscuro de los teléfonos móviles analiza el problema con la adicción a la conexión con el mundo, que se acentúa cuando en nuestra vida real sentimos la necesidad imperiosa de comprobar una y otra vez nuestro teléfono. El estudio confirma que esta distracción puede hacer que nuestra pareja no se sienta bien o se sienta abandonada. Y es que los teléfonos inteligentes son mucho más invasivos y exigentes de lo que nosotros pensamos y de hecho muchas veces actuamos sin darnos cuenta.
De ahí que un equipo de investigadores, bajo la creencia de que los teléfonos inteligentes podrían estar empeorando las relaciones personales y emocionales, juntaron a 170 estudiantes universitarios que se encontraban en relaciones sentimentales asentadas para ver qué papel jugaban en ellas, para bien y para mal, sus teléfonos.
En el estudio, publicado en la revista Psychology of Popular Culture Media, se pidió a los tortolitos universitarios que informaran sobre su propio uso de teléfonos inteligentes: el grado de dependencia que sentían con su dispositivo, y lo mucho que les molestaría estar sin él durante un día, por ejemplo. Tras esto, preguntaron a sus parejas.
No importa tanto lo que una persona usa su dispositivo, como lo que esa persona necesita su dispositivo. Las personas que eran más dependientes de sus teléfonos inteligentes reportaron estar menos seguras acerca de sus relaciones. Las personas que sintieron que sus parejas eran demasiado dependientes de sus dispositivos confirmaron que estaban menos satisfechas en su relación.
En otras palabras, la gente se pone celosa del teléfono inteligente de su pareja. “Son más propensos a pensar que su relación está condenada al fracaso cuanto la pareja más necesite su smartphone”, explica Mateo Lapierre, profesor asistente en el departamento de comunicación de la Universidad de Arizona, autor del estudio con su antiguo estudiante de grado Meleah Ametralladora. “No es tanto el hecho de utilizarlo; sino el hecho de depender psicológicamente de ese dispositivo”.
Los investigadores ahora están haciendo un experimento de seguimiento para tratar de comprender los mecanismos que hay detrás de sus hallazgos (las causas) y para ver si la dependencia teléfono inteligente afecta a otros ámbitos de la vida, como el rendimiento académico. “Los teléfonos inteligentes son fundamentalmente diferentes de las tecnologías anteriores, por lo que su efecto es mucho más potente en todos los ámbitos de nuestra vida” confirma Lapierre.
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