Cirugía

Cirugía de mínima invasión para corregir un tipo de arritmia infantil

El Gregorio Marañón ha operado de forma pionera a nivel mundial a tres niños para reparar la irregularidad del latido cardiaco en un proceso que reduce riesgos y acelera la recuperación

Parte del equipo de cirugía del hospital madrileño que intervino en la operación
Parte del equipo de cirugía del hospital madrileño que intervino en la operaciónlarazon

El Gregorio Marañón ha operado de forma pionera a nivel mundial a tres niños para reparar la irregularidad del latido cardiaco en un proceso que reduce riesgos y acelera la recuperación

Tres incisiones para corregir el latido de un pequeño corazón. De forma pionera a nivel mundial, un equipo de cirujanos del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid mediante toracoscopia ha conseguido corregir una arritmia muy concreta en tres niños. Esta técnica –no muy extendida en adultos e incluida en el abanico de las posibilidades de la cirugía mínimamente invasiva– es un abordaje quirúrgico del tórax a través de unos pequeños conductos llamados trócares, lo que evita tener que realizar una intervención sin abrir el tórax.

Entre las ventajas principales que reúne esta técnica se halla la reducción de riesgos y la pronta recuperación de los pacientes, así como un menor tiempo de hospitalización del niño. «Se evita una cicatriz para el resto de su vida», explica Ramón Pérez-Caballero, cirujano cadiaco infantil del hospital madrileño. Esta ventaja estética también repercute en el ámbito psicoemocional de los pequeños.

Cabe destacar que los procedimientos toracóspicos en cirugía cardiaca están poco extendidos, en general, y se van desarrollando lentamente en la cirugía de adultos, por lo que es un hecho excepcional el uso de estas técnicas para corrección de anomalías cardiacas en niños. Este trabajo ha visto la luz en «Annals of Cardiothoracic Surgery».

Procedimiento

Una vez introducidos los instrumentos por los trócares, se lleva a cabo la ablación de la orejuela que es un procedimiento mediante el uso de radiofrecuencia que provoca una quemadura en la zona que origina la arritmia, para posteriormente implantar un dispositivo externo que excluye esta zona de la circulación, lo que sirve para evitar así posibles embolias cerebrales. Todo el proceso se «vigila» y supervisa gracias a una cámara de televisión interna que se introduce mediante uno de los conductos. «Hay que subrayar que no todas las arritmias son candidatas esta intervención, sólo las que se dan en la orejuela. Hasta ahora, la arritmia no había podido controlarse con fármacos ni con la intervención endovenosa, por lo que se precisaba de otra solución», apunta Pérez-Caballero.

Gracias a este proyecto, el Hospital Universitario Gregorio Marañón cuenta con la puesta en marcha de la cirugía toracoscópica en el Área del Corazón Infantil del Hospital Gregorio Marañón, un método por el que en la actualidad ya se han intervenido otros dos niños de ocho y dieciséis años que también han sido dados de alta.