Cáncer

El peso compartido del cáncer

El proceso del cáncer conlleva muchos cambios difíciles de asimilar para el paciente, pero también para su familia. Les genera angustia e inseguridad al pensar que no van a saber cómo hacer frente a la situación. Desde la AECC les ofrecen apoyo integral gratuito

El peso compartido del cáncer
El peso compartido del cáncerlarazon

El proceso del cáncer conlleva muchos cambios difíciles de asimilar para el paciente, pero también para su familia. Les genera angustia e inseguridad al pensar que no van a saber cómo hacer frente a la situación. Desde la AECC les ofrecen apoyo integral gratuito

Durante años he tenido el mismo sueño, una y otra vez. Mi madre regresa a casa del hospital, yo tengo unas ganas terribles de lanzarme a su cuello y llorar, y debo hacer esfuerzos sobrehumanos para sobreponerme y fingir que no sé que va a morir, para que ella siga en el limbo y viva feliz lo poco que le queda de vida». La madre de Sonia murió de cáncer de mama a los 40 años. «Yo tenía sólo 16. No supimos de su enfermedad hasta que la ingresaron de urgencia en el hospital y nos contaron lo que realmente tenía. A ella tampoco se lo contaron, por eso nos pidieron que cuando volviera a casa no se nos ocurriera llorar, que teníamos que conseguir por todos los medios que el dolor no se nos notara, que ella no podía enterarse y que debíamos actuar como si todo fuera bien. Nunca volvió».

Aunque eran otros tiempos, la sensación sigue siendo la misma. Impotencia, inseguridad, miedo, rabia... Sentimientos que paciente y familia comparten, pero que muchas veces no llegan a intercambiar porque uno se niega a dar pena, y el otro se empeña en no flaquear.

Experiencias

Pero es necesario hablar, intercambiar experiencias, dejarse caer y ser recogido. «El familiar comparte el mismo proceso emocional, ese shock inicial, los temores, la incertidumbre, la rabia... Por un lado está la inseguridad, que aparece cuando ven que deben enfrentarse a la enfermedad y que no tienen habilidades. Por otro, la empatía hace que, a mayor malestar del paciente, más malestar sienta el familiar que no saber cómo ayudar ni qué rol asumir. Todo eso hace que sea un proceso complicado y de mucho desgaste», explica Patrizia Bressanello, psicooncóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

«Yo era sólo una adolescente un poco infantil y atolondrada, que veía que su madre siempre estaba cansada y un poco amarilla, que iba perdiendo peso sin recurrir a su eterna dieta (mi madre estaba bastante gordita y se había pasado media vida enganchada a la lechuga y la carne a la plancha), pero que no pensó que aquella enfermedad fuera incurable. Si tuviera que volver a repetir esa terrible experiencia, 30 años después, me gustaría que mi madre y yo hubiéramos tenido toda la información desde el principio. Ponerle nombre a su enfermedad y enfrentarnos a ella juntas, luchando contra ese demonio mano a mano, y tener la posibilidad de llorar y patalear por ese injusto final... Me hubiera gustado poder compartir su dolor, su miedo y su inquietud, y haberle dado fuerzas para plantarle cara a la muerte», explica Sonia.

Bressanello insiste en que, la pauta más importante que debe seguir el allegado es «que sepa lo que le puede estar ocurriendo a la paciente, cuáles son sus reacciones emocionales y que no se fuerce a ser optimista, que sea consciente de que puede tener altibajos, que eso forma parte de la normalidad del proceso emocional. En segundo lugar, que le pregunte a la paciente de qué manera le puede ayudar y que lo respete. Porque, a veces por ayudar agobiamos, imponemos una ayuda que no nos han solicitado y que no siempre es bien recibida». Pero sobre todo, «permitirse desahogarse sin cortar esa expresión emocional. En lugar de pensar “qué le digo para animarla”, solamente escuchar, permitir que fluya el diálogo, expresar emociones. Muchas veces se preguntan “cómo voy a flaquear yo”, y no deben ejercer como terapeutas, cada uno tiene su rol».

No es malo que el paciente sepa que uno tiene miedo, no hay que fingir que no pasa nada. Compartir es la clave, pues el peso compartido pesa la mitad. Sonia hoy echa de menos no haber podido ayudar a llevar ese peso, y tiene claro que, de haber podido, habría estado con ella «hasta el último segundo de su vida, aprovechando cada instante para decirle lo mucho que la quería».

Actividades

Para guiar en tan dura etapa, desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) este año han elaborado varias actividades, entre las que destaca la mesa «Diálogos AECC». «Desde la asociación damos apoyo integral gratuito, asesoramiento médico y psicológico, social... El objetivo es cubrir cualquier necesidad que tengan tanto pacientes como familiares y lo hacemos en las 52 provincias y también a través de la web».

De interés para los afectados:

Asociación Española contra el Cáncer (AECC)

Página web: www.aecc.es

Teléfono: 900 100 036