El ronquido: la señal de alerta ante la interrupción de la respiración en el sueño

Durante mucho tiempo, que una persona emitiera ronquidos mientras dormía simplemente era un hecho molesto que sufrían los familiares más cercanos, pero nada incitaba a pensar que pudiera tratarse de un trastorno que pudiera afectar a funciones vitales, como la respiración durante el sueño que puede causar deterioro de la calidad de vida, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y accidentes de tráfico

Hoy en día, gracias al avance en tecnología e investigación contamos con unidades especializadas en el estudio de los trastornos del sueño donde se abarca, entre otros, el estudio completo y el tratamiento posterior del síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS).

Según indica Milagros Hijosa, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital La Milagrosa de Madrid, el síndrome de apneas e hipopneas del sueño es un trastorno que afecta a entre un 4 y un 6 por ciento de la población y debe ser detectado y tratado adecuadamente para devolver al paciente la calidad de vida que se merece y evitar que tenga graves consecuencias sobre su salud.

Existen dos tipos de síndrome de apneas e hipopneas del sueño. El síndrome de carácter obstructivo es el más frecuente y se caracteriza por la interrupción completa (apnea) o parcial (hipopnea) del flujo aéreo de forma repetida mientras se duerme. «Se debe a una oclusión por colapso de la vía respiratoria y sucede mientras el paciente duerme porque, al encontrarse tumbado, las partes blandas de la garganta se desplazan hacia atrás y ocluyen la vía aérea», explica. Esto puede provocar que el paciente se despierte frecuentemente, aunque en la mayoría de los casos no suele recordarlo. Una de las consecuencias de estas interrupciones repetidas del flujo aéreo es que no permiten que el sueño tenga una profundidad y una organización normales, por lo que estos pacientes no tienen un sueño reparador y presentan somnolencia diurna, lo cual incide negativamente sobre su actividad diaria.

Por otro lado tenemos el síndrome de apneas centrales del sueño, en el que el cerebro deja de enviar las señales apropiadas a los músculos que controlan la respiración, por lo que dejan de funcionar, interrumpiéndola. En este tipo de apnea, la vía respiratoria permanece abierta, pero como los músculos respiratorios permanecen inactivos, se produce el cese del flujo respiratorio.

Señala Milagros Hijosa que «es frecuente que el propio afectado no se dé cuenta de esas interrupciones momentáneas de la respiración, que pueden darse hasta 30 veces en una hora en los casos más graves. Suelen ser los compañeros de cama quienes se alertan, al detectar esas paradas respiratorias durante el sueño. Es típico observar interrupciones momentáneas del ronquido, que acaban con un ruido gutural o ronquido más intenso antes de retomar la respiración».

Factores y causas

Milagros Hijosa indica que, en el caso del síndrome de apneas obstructivas del sueño, se produce un desequilibrio entre las fuerzas que tienden a cerrar la vía aérea superior y las que tienden a mantenerla abierta. Existe una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de padecer este trastorno respiratorio durante el sueño: la obesidad, sexo masculino, cuello ancho y corto, consumo de alcohol, tabaco y fármacos sedantes e amígdalas y adenoides grandes, que pueden bloquear la vía respiratoria, sobre todo, en los casos infantiles.

Cómo reconocer la apnea en el sueño

Según explica Hijosa, son síntomas característicos de esta enfermedad:

Ronquido irregular y fuerte con pausas en la respiración

Somnolencia diurna excesiva o tendencia a dormirse involuntariamente en situaciones inapropiadas

Sueño poco reparador

Boca seca al despertar

Pérdida de memoria e irritabilidad

Disminución del deseo sexual e incluso impotencia

La falta de concentración y los cambios de ánimo durante el día pueden ser la consecuencia de los trastornos del sueño.

La obstrucción de las vías respiratorias superiores o un trastorno respiratorio. Aunque también hay otras enfermedades, como la insuficiencia cardiaca, que pueden desencadenar apnea del sueño