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El VIH, una enfermedad crónica

Gemma Llobet
Gemma Llobetlarazon

El VIH ha dejado de ser una enfermedad mortal a ser una patología crónica gracias a los avances del tratamiento antirretroviral.

El VIH ha dejado de ser una enfermedad mortal a ser una patología crónica gracias a los avances del tratamiento antirretroviral. En los últimos 10 años, se ha duplicado el número de personas que viven con VIH y tienen una edad superior a los 50 años.

No obstante, uno de los desafíos de esta enfermedad son las nuevas infecciones. El tipo de enfermo con VIH ha cambiado. Según fuentes de Ipsos, en los últimos años han aumentado los casos de infección por transmisión sexual, aumentando en la consulta del especialista un paciente relativamente joven, mayoría hombres, y con estudios universitarios. Esto se debe a una clara relajación de las medidas de profilaxis y a la moda de las chem-sex, especialmente en las grandes ciudades. “La gente le ha perdido el miedo y ha hecho que las medidas de protección se hayan relajado fundamentalmente en hombres jóvenes que tienen sexo con otros hombres”.

Otro de los desafíos del especialista hoy es el inicio precoz del tratamiento para evitar más infecciones. En general, este inicio de tratamiento depende del tiempo que transcurra desde el diagnóstico hasta la primera visita con el especialista y de lo que tarden en recibirse los datos analíticos que se solicitan en el momento del diagnóstico. No obstante, según fuentes de Ipsos, el paciente necesita un tiempo para aceptar su diagnóstico y por lo tanto, su tratamiento. Necesitan recuperarse tras el shock del diagnóstico, necesitan entender qué va a suponer esta enfermedad para su vida, saber si tienen un futuro o no.

Y finalmente, el último desafío de esta enfermedad es la reducción de la toxicidad a largo plazo de los tratamientos. Precisamente, la mayor edad de los pacientes supone la aparición de nuevas patologías propias de la edad como la diabetes, colesterol, tumores... Los pacientes que han estado en tratamiento durante un largo periodo de tiempo, y lo estarán durante el resto de sus vidas, empiezan a pensar en la toxicidad de los tratamientos una vez ya han aceptado su condición y su carga viral está bien manejada. El gran desafío del especialista hoy es lograr un abordaje integral de estos pacientes que pueden estar polimedicados o ser multipatológicos, sobre todo cuando se hacen mayores.

En definitiva, el VIH se ve ahora como una sentencia de vida más que como una sentencia de muerte.