OMS

En busca de una vacuna contra las garrapatas

Un equipo europeo, en el que participan investigadores españoles, espera conseguir una inmunización contra la picadura de estos artrópodos a finales de 2018

En busca de una vacuna contra las garrapatas
En busca de una vacuna contra las garrapataslarazon

Un equipo europeo, en el que participan investigadores españoles, espera conseguir una inmunización contra la picadura de estos artrópodos a finales de 2018

Las enfermedades transmitidas por vectores (garrapatas, pulgas o mosquitos, entre otros) representan más del 17% de todas las patologías infecciosas y provocan cada año más de un millón de defunciones en el mundo. La presentación, la semana pasada, de los resultados de estudio emprendido por el Ministerio de Sanidad tras la muerte de un hombre al que se le diagnosticó el primer caso en España de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo después de que le picara una garrapata en Ávila, ha vuelto a poner bajo el foco a estos desagradables seres. Y es que el trabajo, que se inició en octubre del pasado año, ha detectado la presencia de garrapatas infectadas con este virus en animales silvestres en cuatro comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Extremadura.

Aunque tanto los expertos como el propio informe aseguran que no hay motivos para alarmarse, pues el riesgo de contagio a humanos sigue siendo bajo, lo cierto es que el estudio ha revelado una extensión del virus «más amplia de lo que se esperaba».

Para dar respuesta a este problema existe una iniciativa europea, en la que participa el centro vasco de investigación en biociencias CIC bioGUNE, que pretende identificar en la saliva de la garrapata compuestos que puedan servir de principio activo para el posterior desarrollo de una vacuna contra las múltiples enfermedades que causa su picadura.

Y es que en España hay más de 20 tipos de garrapatas diferentes que pueden transmitir al hombre –y a los animales– más de 50 patologías distintas; unas cursan de forma asintomática, otras pueden llegar a ser muy graves, y terminar con la hospitalización e incluso la muerte del paciente. Las más frecuentes son las de origen bacteriano, como la enfermedad de Lyme (de la que, aunque no hay registros oficiales en España se estima que podría haber unos dos casos por cada 100.000 habitantes), la anaplasmosis o la rickettsiosis, las parasitarias como la babesiosis o las de origen vírico como la encefalitis o la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

«Buscamos el antídoto en una colección de muestras de sueros de trabajadores de bosques y viendo qué antígenos reaccionan. Tratamos de identificar qué proteína reconocen los anticuerpos de esos sueros», explica Juan Anguita, investigador Ikerbasque del CIC bioGUNE. Algunas investigaciones hechas con animales y seres humanos han descrito que, a partir de un cierto número de picaduras, el organismo se vuelve más resistente a ellas y la reacción que provocan es menor. Basándose en este hecho, han identificado una serie de candidatos en los que se está actualmente estudiando su capacidad para generar respuestas inmunes protectoras frente a los patógenos que transmite la picadura de la garrapata.

Para identificar estos componentes, susceptibles de ser usados en vacunas, se han empleado diferentes técnicas de proteómica avanzada y transcriptómica, y la validación de la utilidad de la misma se está analizando en estudios tanto in vitro como posteriormente in vivo, en modelos animales de granja. Aunque aún queda camino por recorer, Anguita asegura tener «esperanzas de que uno o la combinación de varios de los candidatos, encontrados se demuestre que es protector frente al a picadura de garrapata» para finales del año que viene, que es cuando finaliza el estudio.

Otras zoonosis

Pero, como señala Guadalupe Miró, profesora titular del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, no sólo las garrapatas transmiten enfermedades a los hombre. También las pulgas son vectores de transmisión de diferentes patologías ya que se alimentan de sangre: «Las pulgas transmiten la enfermedad del “arañazo del gato”, producida por una bacteria llamada Bartonella henselae –explica Miró–. Lo mismo sucede con mosquitos y flebotomos (responsables de leishmaniasis). De hecho en el año 2009 hubo un importante brote de esta enfermedad en Madrid, concretamente en Fuenlabrada– del que, aún sigue habiendo casos», continúa. En cualquier caso «no hay que alarmar», asegura Miró, porque existe un amplio vademecum disponible en la actualidad para hacer frente a estas enfermedades pero advierte que «es imprescindible» una tenencia responsable de mascotas, siguiendo los consejos y pautas de desparasitación que establezcan los veterinarios.

Patógenos humanos en animales

Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha descrito el primer caso de una bacteria hospitalaria resistente a tigeciclina que se ha adaptado a vivir en animales de compañía, concretamente en perros. La tigeciclina es un antibiótico de último recurso, es decir, se utiliza cuando todos los demás han fallado. «Este descubrimiento pone de manifiesto que estas bacterias probablemente han sido y están siendo introducidas repetidamente en los hospitales», afirma Bruno González Zorn, profesor de Microbiología perteneciente a la Facultad de Veterinaria y al Centro de Vigilancia Sanitaria de la UCM y autor del trabajo. La bacteria portadora del mecanismo de resistencia es Klebsiella pneumoniae, asociada con infecciones hospitalarias como neumonía, septicemia o meningitis.